Carmelo Anthony ha hablado, y eso es mucho. Porque el 10 veces All-Star guardaba un largo silencio en torno a la extraña situación que le rodea. Una estrella de su calibre sigue sin encontrar acomodo en la NBA y estamos ya a 2 de agosto.
Ningún equipo ha reparado en Melo durante la agencia libre, y el jugador lleva meses y meses sin competir, desde que Houston Rockets prescindió de sus servicios cuando solo había jugado 10 partidos con su camiseta.
Ese fracado de Houston se unió al protagonizado el año anterior con OKC Thunder. En ninguno de los dos casos supo Carmelo adaptarse a un papel secundario.
Ahora, Anthony ha hablado en el programa "First Take" de ESPN y se ha sincerado.
Dice que perdió su amor por el baloncesto, pero que esa pasión ha regresado. "Estoy en el gimnasio todos los días", explica, añadiendo: "Sé que todavía puedo jugar".
El alero describe como desagradable la sensación que tuvo cuando el general manager de Rockets, Daryl Morey, le comunicó que la franquicia ya no precisaba sus servicios.
Fue un golpe para su ego y su orgullo, según explica el jugador, que reconoce que protagonizó un largo silencio porque se dedicó a "revaluar mi carrera y mi vida".
Anthony, que es el único jugador en la historia que tiene 3 oros olímpicos, fue campeón de la NCAA con Syracuse, pero la NBA se le resistió tras 16 temporadas en ella, fundamentalmente liderando durante años los equipos de Nuggets y Knicks.
Fue máximo anotador en 2013, 10 veces All-Star y promedia 24 puntos en su carrera. Esos números colosales no le han valido de nada en el mercado estival. Todavía espera una oferta.