Warriors ha perdido las Finales de 2019 y puede haber hipotecado en ellas la temporada 2019-2020, ya que a la gravísima lesión de Kevin Durant se ha sumado hoy una no menos grave del escolta Klay Thompson.
Thompson jugó las Finales con serios problemas físicos que fue superando con notables actuaciones. Una de esas grandes actuaciones la estaba ofreciendo hoy mismo.
El escolta llevaba 30 puntos sin que se hubiera acabado el tercer cuarto. Era la gran estrella ofensiva de su equipo. Entonces ocurrió la desgracia, la enésima desgracia que ha terminado por devastar las filas de Warriors.
Klay penetró con fuerza a canasta y en el aire se encontró con Danny Green. El apoyo en la pista de Thompson no fue bueno y pronto se vio que podría haberse dañado una rodilla. Restaban 2:22 para el final del cuarto.
El jugador se retorcía de dolor en el suelo, Stephen Curry no quería mirar y lanzaba el balón con rabia en un gesto de desesperación, Steve Kerr no se lo podía creer y la grada aguardaba incrédula rumiando el desastre.
Thompson fue llevado en volandas a los vestuarios, pero de repente se giró y tomó el camino de regreso a la pista en un gesto lleno de épica. Cuando ingresó en ella la grada se vino abajo ilusionada con la resurrección de su ídolo. El jugador de Golden State lanzó un par de tiros libres y cuando intentó regresar corriendo a su canasta no pudo, por lo que tuvo que volver a retirarse a los vestuarios para no volver más.
Luego se le vio andando por los pasillos con muletas. La cosa pintaba mal. Y la desgracia fue confirmada a ESPN por su agente, Greg Lawrence. Thompson sufre un desgarro en el ligamento anterior cruzado de la rodilla izquierda, una grave lesión que le dejará mucho tiempo fuera y que llega justo cuando se iba a convertir en agente libre. Un desastre monumental para el jugador y para los Warriors.