Luka Doncic jugaba anoche en un escenario mítico, el Staples Center, ante un equipo mítico, Lakers, y frente a un jugador mítico, LeBron James, y todas esas circunstancias pudieron pesar a la hora de que el esloveno jugara una muy mala primera parte.
Eso sí, remontó el vuelo en la segunda, se erigió en protagonista en la recta final del partido y anduvo fantástico en los momentos decisivos.
Terminó el de Dallas Mavericks con 14 puntos (todos en la segunda parte) y 7 asistencias, empató a 113 con una canasta a 7 segundos del final, pero no pudo evitar que LeBron ganara el partido con 2,1 segundos por jugar con un tiro libre que dio el definitivo 114-113.
Al final del encuentro, LeBron entregó su camiseta a Doncic, al que se veía como niño con zapatos nuevos, muy contento por tener en sus manos la camiseta de su ídolo.
"Siempre quise su camiseta, lo veía desde pequeño y siempre me ha gustado", dijo Doncic tras el partido a ESPN, asegurando que estaba "muy alegre, es un día especial, aunque no tan feliz porque hemos perdido".
Doncic promedia en sus primeros 8 partidos en la NBA 19,6 puntos, 6,3 rebotes y 4,4 asistencias.