Memphis Grizzlies recuperó anoche a Chandler Parsons, jugador que llevaba un mes y medio sin participar en los encuentros de su equipo por problemas en la rodilla derecha. El alero llevaba sin jugar desde el 27 de diciembre, día en el que se enfrentó a los Lakers.
El de anoche es, por lo tanto, el primer partido de Parsons en 2018. Fue ante Oklahoma City Thunder, se saldó con derrota de los Grizzlies por 114-121 y Parsons estuvo 12 minutos en pista en los que sumó 5 puntos y 2 asistencias con 2 de 4 en el tiro de campo.
El alero, de 29 años, sigue arrastrando su físico por la NBA y sigue siendo la inversión económica más ruinosa que haya hecho nunca Memphis, equipo que le firmó un contrato en 2016 de alrededor de 95 millones de dólares por 4 años, la mayor apuesta de la franquicia en la agencia libre en toda su historia.
Desde entonces, Parsons solo ha jugado 61 de los 138 partidos que ha afrontado su escuadra.
La pasada temporada solo se vistió de corto 34 veces y en la presente lo ha hecho en 27 ocasiones con medias de 8,6 puntos en 20,6 minutos (Memphis ha jugado 56 encuentros en este curso).