Enes Kanter ha concedido una larga entrevista a ESPN que no habrá gustado nada, a buen seguro, al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, porque en ella el jugador de los Knicks desnuda sus sentimientos y expresa con crudeza lo que es el régimen de Erdogan y cómo acosa y derriba a todos aquellos que se oponen al mismo.
Kanter lleva más de 2 años sin pisar su país natal porque pisarlo le supondría prácticamente ir a prisión y lleva más de 1 año sin poder ver a sus padres porque a estos les han retirado el pasaporte y el baloncestista tiene anulado también su pasaporte turco, llegando a ser retenido en Rumanía en su día por esa causa.
La Fiscalía turca impulsa un proceso contra él en el que pide más de 4 años de cárcel para el jugador. El pecado de Kanter no es otro que oponerse al gobierno de Erdogan y aliarse con el gran rival del presidente, el clérigo Fethullah Gulen.
Con este panorama, llegar esta temporada a Nueva York ha sido una tabla de salvación para el pívot.
"Extrañas tu comida, extrañas a la gente de Turquía, hablar en turco, uno extraña su cultura", afirma en la entrevista, añadiendo que todo eso lo tiene en parte en Nueva York y no lo pudo tener ni en Salt Lake City ni en Oklahoma City, sus anteriores destinos NBA.
Por eso, se encuentra bien en lo deportivo y en lo personal (dos de sus hermanos viven en Estados Unidos). "Éste es el lugar donde quiero estar y jugar por mucho tiempo", asegura el jugador otomano, que considera a los Knicks como su "familia adoptiva".
Nueva vida
En Nueva York hay un numeroso núcleo de población turca, existen restaurantes turcos y a la vez todo es muy cosmopolita, un mundo que necesitaba Kanter.
A eso se une su situación deportiva en los Knicks, donde ha alcanzado la titularidad indiscutible que se le negó en OKC Thunder.
Hasta la fecha, Kanter ha sido titular con Knicks en los 43 partidos que ha jugado, juegos en los que ha promediado 13,5 puntos y 9,9 rebotes en 25,2 minutos.
Kanter tiene 25 años. Los 17 primeros de su vida los pasó en Turquía. Ahora, exiliado a todos los efectos, ha encontrado en Nueva York su lugar en el mundo y lo ha hallado en un lugar que sigue siendo, aunque de forma compartida, el corazón del propio mundo.