Minnesota anda ya en un mundo inalcanzable para buena parte de los equipos de la NBA. Ese peldaño superior se vio anoche y lo sufrieron los Pelicans, que se fueron del Target Center con una sonora derrota en un partido carente de emoción.
Los chicos de Tom Thibodeau pusieron la directa ya en la primera parte con un contundente 69-48 y ampliaron esa ventaja a 27 en el tercer cuarto. Nada más que decir.
Los locales tiraron poco, pero con acierto, de 3, robaron más balones que perdieron, atacaron con mucha fiabilidad y maniataron en defensa algunos aspectos claves del rival. Por ejemplo, limitaron el juego de Anthony Davis, pararon el impulso creativo de Rajon Rondo y defendieron bien el peligro perimetral de Jrue Holiday.
De ese modo, DeMarcus Cousins quedó como solitaria amenaza para los Wolves. Eso sí, gran partido el suyo con 23 puntos, 15 rebotes, 5 asistencias y 3 tapones, aunque perdiera 7 bolas.
El big three local funcionó. Karl-Anthony Towns, ¡cómo no!, firmó otro doble-doble. Es una gran máquina de hacer baloncesto. Anoche, 21 puntos y 16 rebotes con 7 de 11 en el tiro y 3 triples sin fallo. Jimmy Butler logró 21 tantos, 7 rebotes y 8 asistencias y Andrew Wiggins, 20 puntos, 8 rebotes y 3 tapones.
Además, buenos partidos de los interiores Taj Gibson y Gorgui Dieng.