Los San Antonio Spurs son una franquicia ganadora desde hace 20 años. Los cinco estandartes que se elevan en el AT&T lo demuestran. Son la única franquicia que ha conseguido llegar a los 50 triunfos en todas y cada una de las temporadas del siglo XXI (17 consecutivas).
Su entrenador, el genuino Gregg Popovich, es un lince en la táctica y ha aprendido con los años a optimizar recursos y dar en el clavo a la hora de activar jugadores. Algunos que serían suplentes en otro equipo se convirtieron en piezas clave en los campeonatos de 1999, 2003, 2005, 2007 y 2014. Una vez puede ser suerte; dos, casualidad; tres es talento. Sin más.
Esta temporada se presentaba como de las más complejas parar Pops. Empezaba sin Tony Parker ni Kawhi Leonard. Lesionados de cierta gravedad, no se les esperaba hasta inicios de 2018. Esto es un gran contratiempo, y más si contamos que los rumores de LaMarcus Aldridge estaban latentes y pesaban las renovaciones de Pau Gasol (37 años) y Manu Ginobili (40).
Para ello, se refugió en un grupo de jugadores que no destacaban, que son muy jóvenes, que su polivalencia es su secreto mejor guardado y para los que el futuro puede ser prometedor.
Primero, calmó las aguas con la renovación de Aldridge, otorgándole el status idóneo como pareja de Kawhi y a nivel que merece (de All-Star). Y el texano ha respondido sin rechistar, asumiendo galones y balones (22 puntos y 8.4 rebotes de media) como principal faro del equipo. Los veteranos Gasol, Mills, Green y Manu se alinearon para sumar triunfos a buen ritmo. Y luego, potenció a sus chicos para que dieran el plus y la vitalidad al proyecto. Este grupo lo forman Dejounte Murray, Kyle Anderson y Bryn Forbes.
¿Qué destaca de este grupo? Su juventud, su polivalencia, su descaro, su gran IQ y su potencial.
Las maniobras de Popovich
Popovich tenía que cubrir dos puestos titulares de inicio. Sin base puro en el equipo, optó por dar galones a Murray, un base 'sophomore' de 1,96 procedente de Washington University. Con un físico parecido a Penny Hardaway, su capacidad reboteadora y su facilidad para mover al equipo quedaron patentes.
Durante el mes de octubre, firmó 8.7 puntos, 6.7 rebotes y 3.4 asistencias. Luego, menguó en noviembre (6.2 puntos, 3.4 rebotes) al mismo ritmo que menguaban sus minutos (de 24 a 17). Pero durante estos dos meses, asumiendo el rol de base al lado de Mills y Manu, el balance fue de 14-7 para los Spurs. Lejos de los números, la capacidad para anotar de los texanos fue fundamental, optimizando las posesiones y jugando al contragolpe a la mínima. Murray canalizó la ofensiva y el equipo funcionó.
Otro de los problemas estaba en la posición de alero. Si Manu ayudaba en la dirección, se quedaba Rudy Gay solo en las alas. Ni se inmutó. Otorgó a Kyle Anderson la posición de alero titular y la cosa funcionó. Anderson jugó de base en UCLA y es el único jugador en firmar 10+5+5 en UCLA desde Walton … en 1973. Un botón de su calidad. Pero es un base atípico, pues mide 2,07 y tras estar 3 años en la NBA se ha especializado en jugar de alero, con un rol muy parecido al que tenía Boris Diaw.
Durante los dos primeros meses de competición su aportación ha sido de 9 puntos, 6.4 rebotes y 2 asistencias con un 53% en tiros de campo. Pero su buena defensa, su inteligencia en cancha, su conexión con Aldridge han sido factores que no se puntúan, pero que se palpan si lo ves jugar. Su apodo de Slow-Mo (A cámara lenta) puede hacernos una idea de su estilo de juego. Popovich está encantado y sabe que es el contrapeso en muchos minutos entre la defensa y el ataque.
Cubiertos los puestos de base y alero, le quedaba dar minutos a los escoltas. Y los Spurs tienen una metralleta en ese rol. Bryn Forbes (1,91, Spartans) no fue elegido en el draft de 2016, y puede que algunos equipos lo estén lamentado. Se ganó a pulso un hueco en las ligas de verano y Popovich vio en él algo que los otros equipos no vieron: talento y mucha persistencia en mejorar.
Un gran tirador
Forbes es un jugador bajito, sí, pero eso no quita su capacidad de anotación y habilidad para el tiro exterior. En los primeros meses de la temporada, promedia 6.8 puntos con 41% en triples.
Lo mejor es que con confianza y tiros suficientes puede anotar sin complejos (11 veces ha anotado 10 puntos o más esta temporada). Empezó jugando 7 minutos de media y actualmente supera los 23 por noche. Es una señal inequívoca que Popovich confía en él, que sabe que con Gasol y Aldridge por dentro necesita tiradores, y Forbes es el mejor que tiene en el equipo.
No abusa del tiro, sabe doblar el pase y aprovecha los espacios que le dejan tras finta para penetrar y anotar fácil. Es un jugador que tienes que tener controlado todo el tiempo, lo que permite generar espacios para Kawhi, Ginobili o Gay.
Los Spurs han finalizado el 2017 con un balance de 25-12. Con las bajas de Parker (23 partidos) y Leonard (32 partidos), podemos decir que el balance es notable. Y un porcentaje de este notable debe atribuirse al trío comentado: el escuadrón de Pops.