Alucinante. Los jóvenes Lakers rompieron la racha victoriosa de los Rockets utilizando sus mismas armas: juego dinámico, acierto desde el triple, poder anotador de una estrella... Houston perdió en casa 116-122 tras acumular 14 triunfos consecutivos, una de las mejores rachas de su historia.
El 22-37 del primer cuarto dejó a todos sorprendidos, pero pronto reaccionó Houston con un parcial de 37-26 en el segundo para irse al descanso 59-63. Sin embargo, los angelinos aguantaron el tirón con una madurez impropia de su juventud y se llevaron el partido con un Kyle Kuzma imperial.
Kuzma acabó el encuentro con 38 puntos tras meter 7 triples y no perder un solo balón en 40 minutos de acción. Le sienta bien la titularidad, estuvo espectacular. Suyo y de James Harden fue el partido. Porque Harden se fue a 51 puntos y 9 asistencias con 4 triples. Anduvo por encima del 50% en el tiro de campo y dispuso de 21 libres.
Pero Lakers fue algo más que el inspirado Kuzma. El ex de Rockets Corey Brewer hizo mucho daño a los texanos con sus 21 puntos, Lonzo Ball aportó con 16 más 9 rebotes y el equipo tuvo a 6 jugadores en 10 o más puntos. Andrew Bogut partió como titular en lugar del lesionado Brook Lopez.
Quinta derrota en la temporada de Houston, que tuvo, además de esos 51 puntos de Harden, a Eric Gordon con 21 tantos y 5 triples y P.J. Tucker y Trevor Ariza con sendos dobles-dobles. Gran partido de Ariza con 18 puntos, 11 rebotes, 4 triples y 4 robos. De nuevo fue el jugador que gozó de más minutos de la mano de Mike D'Antoni.
Los puntos débiles de Houston fueron la ausencia de Clint Capela y el pobre partido de Chris Paul, que perdió su primer encuentro como Rocket y que apenas jugó el último cuarto debido a molestias en una pierna.