Los Pistons no son flor de un día. Anoche volvieron a demostrarlo sorprendiendo a todos con su victoria ante los Celtics en el TD Garden. Triunfo por 108-118 para colocarse con un excelente balance de 13-6 frente al 18-4 de Boston, que perdió su segundo partido en casa.
Avery Bradley regresaba a casa. Hizo 13 puntos ante su vieja afición, pero el gran protagonista del choque fue Andre Drummond, auténtico dominador de la pintura con 26 puntos, 22 rebotes, 6 asistencias y 4 robos. Nadie combinaba números semejantes desde que lo hiciera Charles Barkley en 1990, según datos de la NBA.
El pívot de Pistons ya avisó en el primer cuarto capturando 10 rebotes, lanzó durante todo el partido bien desde los libres (6 de 8) y su anotación resultó decisiva en la recta final del partido.
Junto a él, un intratable Tobias Harris, autor de 31 puntos y 8 rebotes tras encestar 5 de sus 6 intentos triples y un buen Reggie Jackson, que se fue a 20 puntos y 7 asistencias con un 70% de acierto en el tiro.
Unos Celtics insuficientes
Frente a toda esa batería de Pistons, Boston opuso poca cosa. Lo mejor, el partidazo de Marcus Smart desde la segunda unidad (23 puntos y 6 triples).
Kyrie Irving sumó 18 con 9 asistencias, pero fue el único titular que persiguió la alegría del juego. El resto no estuvieron brillantes. Esta vez, Al Horford se quedó en 11 puntos y 5 rebotes. Buenos minutos del suplente alemán Daniel Theis.
Ambos equipos acabaron el partido por encima del 50% de acierto en el tiro de campo, pero a Boston le pesaron los tiros libres y sus pérdidas de balón.