Los Celtics ya se permiten lujos. Por ejemplo, salir empanados en el primer cuarto y perder el primer parcial con Atlanta Hawks por 15 puntos (35-20) tras llegar a estar 16 abajo. A sabiendas de que mejores minutos llegarán. Y así fue, porque Boston remontó para ganar.
Boston se impuso en Atlanta 99-110 para ponerse 15-2 tras firmar su 15ª victoria consecutiva. Ese 15-2 empata el mejor comienzo de la historia céltica en 17 partidos y esos 15 triunfos al hilo constituyen la 5ª mejor racha de la franquicia.
La victoria tuvo dos nombres propios: Kyrie Irving y Jylen Brown. Estuvieron inmensos, casi infalibles en el tiro. Irving sumó 30 puntos con 10 de 12 en el tiro de campo y 5 de 6 desde el triple. Brown batió su marca anotadora con 27 tras encestar 10 de 13 en campo y 4 de 6 desde más allá del arco.
En segundo plano, efectivos también, Jayson Tatum y Marcus Morris. Esta vez, Al Horford anduvo algo gris.
En Atlanta, 23 puntos y 9 asistencias de Dennis Schröder, 19 tantos de Kent Bazemore y otro notable partido del novato John Collins con 18 puntos y 7 rebotes.