Las calles de Oakland se vistieron de gala para celebrar el 5º título de la NBA de los Warriors. Ambiente festivo bajo un cielo azul. Autobuses semejando vagones de tranvía recorriendo las avenidas. La Bahía de San Francisco estaba de fiesta.
Los protagonistas celebraban su triunfo. Sobre la segunda planta descubierta del autobús. Allí se podía ver a Stephen Curry. Con su inseperable puro y su también inseparable Ayesha. Se podía disfrutar de la alegría de Andre Iguodala. También del sentido del espectáculo de Draymond Green. O de Kevin Durant como héroe discreto. O de Steve Kerr como técnico alegre que no pensaba en su espalda.
La comitiva arrancó de Broadway para ir por espacios bien conocidos de Oakland. Por la 11th Street. Por Gran Avenue. Por Lakeside Drive. Hasta desembocar en el Henry J. Kaiser Convention Center.
Es el 2º título del equipo en los 3 últimos años. El 1º con Kevin Durant en sus filas. Todo fue alegre, pero sin excesos.
Green y LeBron
La 'polémica' a cargo de Draymond Green, ¡cómo no! Es una polémica cifrada y calculada entre el ala-pívot y LeBron James. Piques y más piques por las redes sociales.
Green aprovechó la ocasión para lucir una camiseta especial. En ella se podía leer: "Quickie". Un mensaje directo a LeBron. Un 'rapidito' en alusión al contundente 4-1. Un 'rapidito' como alusión sexual. Un 'rapidito' evocando el pabellón de los Cavaliers, el Quicken Loans Arena.
Más allá de esos mensajes cruzados, la calma. Ya casi la normalidad. Porque estos Warriors empiezan a acostumbrarse al éxito.