Lo que en los últimos meses era una lucha soterrada entre la presidenta de los Lakers, Jeanie Buss, y sus hermanos mayores, Jim y Johnny, se ha convertido en lo que parece ya una guerra abierta por el control de la franquicia con acciones cruzadas en los tribunales.
Hacía ya tiempo que en los círculos más cercanos al equipo se sabía que Jeanie Buss y sus hermanos no se hablaban y la comunicación entre ellos se producía básicamente a través de sus abogados, pero la decisión de la presidenta de los Lakers de destituir a su hermano Jim como máximo responsable deportivo del equipo para nombrar en su lugar a Magic Johnson ha desatado definitivamente las hostilidades.
Jim Buss y Johnny Buss habrían tratado de promover el desalojo de Jeanie del Comité de Dirección de los Lakers, lo que indirectamente hubiera supuesto la imposibilidad de permanecer como presidenta de la franquicia, un puesto que ocupa desde que su padre, Jerry Buss, falleciera en 2013. El puesto se vota cada año, éste aún no se ha hecho, entre los miembros del Comité Ejecutivo.
Jeanie Buss habría presentado una demanda ante los tribunales para frenar la iniciativa de sus hermanos alegando que viola los términos del fideicomiso creado por su padre, que establece que ella debe ser en todo caso quien esté al frente de la propiedad familiar. La demanda habría sido retirada una vez que sus hermanos garantizaron por escrito a Jeanie que seguiría en su puesto.
Una familia mal avenida
Los 6 hijos de Jerry Buss controlan el 66% de los Lakers a través del fideicomiso familiar, creado en vida de su padre, y Johnny, Jim y Jeanie –los tres mayores- son los encargados de administrarlo.
El resto de las acciones pertenecen en su mayoría al multimillonario Philip Anschutz -presidente de AEG, la compañía propietaria de Los Angeles Kings de la NHL y el Staples Center, entre otras muchas propiedades- y una pequeña parte a otros accionistas minoritarios.
Los seis hermanos Buss, a los que separan 31 años desde el mayor (Johnny, de 60) hasta el más joven (Jesse, de 29), trabajaban para la franquicia o su filial en la NBADL (Los Angeles D-Fenders) con uno u otro cargo hasta el despido de Jim a finales de febrero.
En todo caso, y pese a que Jeanie parece haber frenado este primer ataque, las cosas siguen revueltas, y personas cercanas a la familia no dudan de que la batalla entre los hermanos mayores seguirá porque los problemas existentes entre ellos están lejos de resolverse. Cómo puede afectar todo esto a los Lakers como organización está todavía por ver.