El arresto de Charles Oakley tras protagonizar un altercado con los miembros de la seguridad del Madison Square Garden durante el Knicks-Clippers del pasado miércoles sigue dando que hablar. Lo último es la decisión de James Dolan, propietario de los Knicks, de despedir a su jefe de seguridad y prohibir la entrada de Oakley en el estadio.
El despido de Frank Benedetto, hasta ahora máximo responsable de seguridad del estadio de los Knicks, se produjo este viernes por la mañana, según publica el diario neoyorquino DNAinfo.com. Menos de dos días después del incidente protagonizado por Oakley con sus subordinados.
La franquicia no ha querido confirmar el despido y un portavoz del equipo se ha limitado a decir que “no hacemos comentarios sobre empleados que han dejado la compañía”.
No ha sido la única decisión del polémico Dolan, que también ha anunciado en unas declaraciones a un programa de radio que, de ahora en adelante, no se permitirá el acceso al MSG a Oakley. Dolan ha dicho que “no es necesariamente una prohibición de por vida” y que “con suerte no durará para siempre”, para a continuación insinuar que el exjugador “puede que tenga un problema con el alcohol”.
Afición y jugadores, del lado de Oakley
Lo cierto es que son amplia mayoría los aficionados y jugadores que no han dudado en posicionarse del lado de Oakley en toda esta polémica. Chris Paul, LeBron James o Dwyane Wade han sido algunos de los más significados en dar su apoyo al exjugador y criticar la actitud de los responsables de la franquicia.
Entre los aficionados de los Knicks, las lealtades también parecen estar claras. Oakley es uno de los jugadores más queridos de la historia de la franqucia y todos recuerdan los buenos tiempos en que formó pareja interior con Pat Ewing llevando al equipo a las Finales de 1994.
Mientras, para muchos seguidores, Dolan es, por su veleidosa manera de dirigir el equipo, el principal responsable de que los resultados deportivos de los Knicks estén muy alejados de los que deberían corresponder a la franquicia más poderosa económicamente de la NBA y una de las que cuenta con más aficionados en todo el mundo. Lo ocurrido este semana, no va a ayudar a mejorar su popularidad.