Giannis Antetokounmpo estaba haciendo unas estadísticas formidables esta temporada a raíz de un juego fabuloso. El pasado partido de Bucks tuvo que ausentarse por enfermedad y anoche intentó jugar ante Spurs estando enfermo. De ese intento baldío surgió una extraña consecuencia.
Ese extraño resultado fue ver ganar a Milwaukee en San Antonio 107-109 con Antetokounmpo jugando solo 9 minutos y yéndose del partido sin ser capaz de anotar.
El jugador griego partió como titular, jugó 9 minutos improductivos en la primera parte y no jugó ya ni un solo segundo tras el descanso. La enfermedad había sido su mejor defensor y le había dejado en blanco. Sin embargo, ¡¡¡su equipo ganó en el AT&T Center sorprendiendo a propios y extraños!!!
Con 107-109, Manu Ginóbili tuvo un tiro triple abierto sobre la bocina para ganar, pero su disparo fue una catástrofe, como él mismo reconoció. El balón se fue contra el canto del tablero sin opción alguna de éxito.
Beasley al rescate
Incapacitado Antetokounmpo, surgió un líder de campanillas en su equipo: Michael Beasley. Nunca le ha faltado calidad a Beasley, aunque lo que sí ha echado siempre de menos es regularidad y actitud. Anoche, todo lo bueno se conjuntó en él.
Beasley lideró el triunfo con 28 puntos, 5 rebotes, 3 tapones y 4 asistencias. Partió como suplente, pero jugó 34 minutos. Y bordó el baloncesto. Resultó imparable y acabó con su mayor anotación de la temporada.
Junto a él, Jabari Parker (22 puntos), el novato Malcolm Brogdon (17 tantos y completa actuación) y el sólido Greg Monroe desde la segunda unidad. Bucks hizo un gran partido y ganó en Texas contra todo pronóstico ante un equipo que jugó sin LaMarcus Aldridge y que tuvo a Kawhi Leonard en 30 puntos.
Es la primera victoria de Bucks en San Antonio desde diciembre de 2008.