La camiseta con el número 32 de Shaquille O'Neal ya cuelga de lo alto del pabellón de Miami Heat junto a las de Alonzo Mourning (33), Tim Hardaway (10) y Michael Jordan (23), aunque el astro de los Bulls jamás jugara con la elástica de Heat.
Anoche fue la ceremonia en torno a Shaq. El partido fue escogido con esmero, un Heat-Lakers, las dos franquicias con las que O'Neal obtuvo sus 4 anillos de campeón.
Si hace unos días los Spurs retiraban la camiseta de Tim Duncan con una ceremonia sobria y emotiva, anoche Heat hizo lo propio con Shaquille O'Neal con algunos tintes de espectacular emoción, fundamentalmente encarnados en la entrada de la madre del jugador al AmericanAirlines Arena conduciendo un camión a escala diésel que rememoraba los tiempos de su hijo en las filas del equipo de Florida.
O'Neal recordó en su discurso su estancia en Miami y lo duro que fue perder los 2 primeros partidos de las Finales de 2006 ante Dallas Mavericks, aunque luego llegara la remontada y el primer título para la franquicia.
Punto de inflexión
El presidente de Heat, Pat Riley, también vinculado vívamente con los Lakers, sigue sin tener duda alguna: la llegada de O'Neal "cambió nuestra franquicia".
Hay que ponerse en situación, claro, O'Neal cambió la trayectoria de Miami Heat, pero solo jugó 3 temporadas y media con Miami frente a las 19 que Duncan estuvo en Spurs. Pero la huella del pívot-showman es de las que no se olvida.
Jugó 205 partidos antes de ser traspasado a Phoenix Suns, partidos de fase regular en los que promedió 19,6 puntos y 9,1 rebotes en compañía de Dwayne Wade.
Venía de ganar 3 anillos con Lakers cuando llegó a Miami en julio de 2004 para cambiarlo todo. Anoche, con 44 años, recibió el premio por protagonizar el punto de inflexión de la historia de Heat. Ese reconocimiento llegó en el descanso de Heat-Lakers, dos equipos asociados para siempre a un pívot dominante como pocos.