Stephen Curry tiene buena cara, rezuma optimismo. El MVP de la NBA en las dos últimas temporadas dice sentirse bien. Le está sentando de maravilla el descanso, el no haberse involucrado en los Juegos Olímpicos. Su mal físico va quedando atrás. Está cargando pilas, tal y como necesitaba.
Al acabar la temporada el jugador y los Warriors temían lo peor, que tuviera que pasar por el quirófano. Tras una temporada regular plena de exigencias y de récords, llegaron unos delicados playoffs. Sufrió una lesión en un tobillo, se dañó una rodilla, arrastraba problemas en un hombro. Y todo ese cóctel pareció lastrarle a la hora de mostrarse regular en la pista.
Ese temor, el de tener que ser operado, se ha disipado. Ni se ha sometido a intervención quirúrgica alguna ni lo hará. "Todo va bastante bien. No he necesitado operarme, solo descansar", ha asegurado el jugador.
Ha ayudado a su estado actual la renuncia a los Juegos Olímpicos de Río. Su cuerpo necesitaba reposar tras 97 partidos de una exigencia máxima (79 de temporada regular y 18 de playoffs).
Todo con el objetivo de comenzar a tope la próxima temporada y recuperar el cetro perdido ante los Cavs. Este año con un nuevo compañero: Kevin Durant. Y con todas las miradas puestas en los Warriors, el equipo a batir.