Apoteosis de la pareja estelar de Cleveland. Los Cavaliers salvaron una situación extrema y ganaron el quinto en el Oracle Arena por 97-112 para acortar distancias ante Warriors (3-2) y mantener vivas las Finales. LeBron James y Kyrie Irving hicieron historia.
Nunca antes en la historia de las Finales 2 jugadores de un mismo equipo habían anotado 40 o más puntos en un mismo partido. Sucedió esta noche. LeBron, que fue abucheado cada vez que tocaba el balón, se fue a 41 puntos, 16 rebotes, 7 asistencias y 3 tapones en un partido memorable en el que hasta acertó con los triples (metió 4). Y su compañero Irving, excelente en el cuarto final, concluyó con 41 puntos tras meter 17 de 24 en el tiro de campo, enchufar 5 triples y dar 6 asistencias. Resultaron imparables.
De nada sirvió el partidazo del local Klay Thompson, autor de 37 puntos y 6 triples. Todo ello en un día más que díficil para Golden State, que tuvo que jugar sin el sancionado Draymond Green, pieza clave de su engranaje, y que perdió en el tercer cuarto a Andrew Bogut tras lo que parece una grave lesión de rodilla.
Todo ello en un partido que nos deparó una gran primera parte con el mejor cuarto de cuantos se hayan jugado en estas Finales. Fue el segundo.
Tras el 32-29 del primer cuarto con Andre Iguodala ocupando el puesto de Green como titular y con Kevin Love, horrible toda la noche, recuperando la titularidad, llegó un segundo acto memorable en el que todo resultó trepidante. LeBron le ponía un taponazo a Stephen Curry, Shaun Livingston hacía un mate brutal en la cara de Richard Jefferson, Kyrie Irving y Klay Thompson se calentaban en ataque, y la igualdad era máxima.
Al descanso, 61-61 con Klay Thompson ya en 26 puntos y 6 triples (no metería más triples en el partido) y con LeBron James en 25 puntos y 9 rebotes. Por entonces, Warriors sumaba ya 11 triples, una marca que le dirigía a un récord NBA, pero que encalló tras el descanso.
Se reanuda el juego
El tercer cuarto fue poco proclive para los californianos. Para empezar, Andrew Bogut sufrió una lesión aparentemente grave en la rodilla. Tuvo que ser llevado en volandas a los vestuarios y ya no salió más. Tiene muy mala pinta.
A partir de ahí, Steve Kerr apostó sistemáticamente por quintetos bajos. Y buscó todas las combinaciones posibles, pero no surtió efecto. Y Cleveland comenzó a despegarse hasta llegar a ponerse 11 arriba con LeBron James dominando la pista y con muy buenos minutos de Richard Jefferson. Máxima de +11 para los de Ohio (82-93) y episodio corto de Hack-a-Tristan en la recta final del cuarto. Al final del tercer acto: 84-93 para Cleveland.
Y el último cuarto resultó ya definitivo con Kyrie Irving en estado de gracia. Una racha ofensiva del base puso a los suyos con 13 de ventaja (96-109). Y LeBron puso la puntilla con un 2 más 1 (96-112).
A partir de ahí, los visitantes dominaron con solvencia en la recta final del choque dejando caras tristes en los jugadores locales y un Oracle Arena silenciado, mientras Draymond Green veía el desastre desde un lugar ajeno al pabellón al estar sancionado.
Clave, además de la locura LeBron-Irving, el trabajo defensivo de Cavs en la segunda mitad. De encajar 61 en la primera a recibir solo 36 en la segunda. Y monumental el atasco de los locales desde el triple. Un maravilloso 11 de 21 en la primera parte y un horrendo 3 de 21 en la segunda.
Otros jugadores del partido
Además de la genialidad de James e Irving, destacar los 15 rebotes de Tristan Thompson, la importancia en un momento puntual del partido de Jefferson y el buen arranque de J.R. Smith, que luego se desinfló. En lo negativo, Kevin Love: 2 puntos y 3 rebotes en 33 minutos. Nada aportó.
En Warriors, además de los 37 puntos de Klay Thompson, 25 puntos y 3 tapones de Stephen Curry, que metió 5 triples, y los 16 tantos, 11 rebotes y 6 asistencias de un notable Andre Iguodala.