La NBA ha tomado una muy medida solución, aunque pueda resultar para muchos injusta. La liga ha decidido no suspender a Draymond Green por su patada en los genitales a Steven Adams, pero ha elevado la gravedad de la falta impuesta y ha multado al jugador.
La falta pasa de flagrante 1 a flagrante 2, lo que implica que debería haber sido expulsado, y la multa a Green asciende a 25.000 dólares. Pero la NBA se cuida muy mucho de fijar una suspensión de un partido para el jugador, una suspensión que podría haber sido letal para Golden State Warriors en el cuarto juego perdiendo como pierde 2-1 ante OKC Thunder.
La acción tuvo pocas dudas para el espectador imparcial. Green le pegó una patada en los genitales a Steven Adams en el segundo cuarto del tercer partido. Y con toda la pinta de hacerlo de forma intencionada. Por cierto, Green ya había golpeado en esa parte del cuerpo a Adams en el segundo encuentro.
Los árbitros decidieron pitar una falta flagrante de tipo 1, lo que dejó a Green en pista. Una decisión a todas luces blanda e insuficiente que benefició a los Warriors, aunque luego no sacaran nada en claro.
Tras el partido, Draymond Green y Steve Kerr se empeñaron en hacer creer a todo el mundo que la acción fue involuntaria. Pero a la vista de las imágenes, no convencieron a casi nadie.
Afortunadamente para los Warriors, la NBA ha sido bastante benevolente con el ala-pívot, que podrá jugar el cuarto partido de las Finales del Oeste.