Los Spurs retomaron su camino ganador. Vencieron los texanos en Oklahoma para recuperan el factor cancha que habían perdido en el partido anterior. Victoria a domicilio (96-100) con Kawhi Leonard como gran protagonista. No sirvieron los 57 puntos anotados por Russell Westbrook y Kevin Durant.
Leonard fue el héroe texano. Acabó con 31 puntos y 11 rebotes. Además, defendió al nivel habitual, capturó un rebote importante al final y anotó los 2 libres que cerraron el partido. El MVP del encuentro sin discusión.
Pero no estuvo solo. LaMarcus Aldridge volvió a brillar. Eso sí, a años-luz de sus estratosféricos dos partidos anteriores. Esta vez resultó ser un jugador humano. Hizo 24 puntos y 8 rebotes. El tercer elemento imprescindible en el triunfo fue Tony Parker. Acabó con 19 tantos y 8 rebotes.
Mientras, Manu Ginóbili disfrutó de 19 minutos de juego en los que hizo 5 puntos, 3 rebotes, 3 asistencias y 2 robos. Funcionó bien. Ayudó al triunfo el de Bahía Blanca.
El partido resultó tremendamente equilibrado en sus 4 períodos. Una batalla más entre dos grandes equipos que venían de un final más que polémico. Esa polémica que presidió el final del segundo partido pareció alimentar a los Spurs. Un equipo que nunca desfallece.
Los excesos de Westbrook
Se crecieron los texanos y menguaron muchos jugadores de Thunder. No fue el caso de Westbrook, que más bien pecó por exceso. Acabó el base con 31 puntos, 9 rebotes y 8 asistencias. Pero se le fue la mano al tirar 31 veces sin demasiado acierto. Esos 31 lanzamientos contrastaron con los 18 de Kevin Durant, que lanzó mucho mejor para terminar con 26 puntos.
Solo Serge Ibaka -15 tantos y 5 rebotes- acompañó a las dos estrellas. Eso sí, sin hacer daño en el juego interior. ¡Todos sus puntos fueron desde el triple: 5 de 6 su serie!
El propio Westbrook, y esto le honra, reconocía al final que no había elegido el mejor camino. Lamentaba no haber podido involucrar más a sus compañeros en el juego. "Demasiados tiros", repetía como una letanía mientras se iba cabizbajo de la pista.