Los Warriors también ganan sin Stephen Curry. Lo hacen con Klay Thompson ejerciendo de Curry. Y con todo un ejército de jugadores confirmando un compromiso inquebrantable con el equipo. Así, Golden State firmó su segundo triunfo ante Houston.
No fue tan fácil como el primero. Esta vez, 115-106. Los Rockets se resistieron. El 66-58 de la primera parte marcó un ritmo inabordable que nadie siguió tras el descanso. Pero la victoria resultó solvente, sin apuros.
El 2-0 llegó con Curry vestido de calle en la banda. Sus probaturas en el calentamiento no fueron exitosas. Su tobillo debía reposar. Por precaución.
Llegó el segundo triunfo con Klay Thompson liderando al grupo. Sumó 34 puntos, hizo un 15 de 16 en libres y hasta dio 5 asistencias. Pero hubo más.
Andre Iguodala sumó 18 puntos con gran acierto desde más allá del arco. Shaun Livingston, el sustituto de Curry, se fue a 16 puntos. Draymond Green volvió a lucirse con 12 tantos, 14 rebotes y 8 asistencias. Andrew Bogut trabajó bien... Este equipo tiene un fondo de armario interminable.
Con los Warriors perdiendo solo 10 balones jugando a un alto ritmo, Houston nunca lo tuvo fácil. Pero al menos estuvo ahí. Con 28 puntos y 11 asistencias de James Harden. Desacertado desde la larga distancia. Con un doble doble sin gracia de Dwight Howard y un partido discreto de Trevor Ariza. Pero también con jugadores como Jason Terry, Patrick Beverley, Michael Beasley o Josh Smith arrimando el hombro desde la heterogeneidad. Porque también tiene profundidad este equipo. Y mucha calidad.