Cuando Stephen Curry parece que no puede ya sorprender más... va y lo consigue.
Sucedió anoche en el Mavericks-Warriors. Curry recibió un pase en la esquina con la marca de Dirk Nowitzki. Entonces, amagó hacia dentro por línea de fondo, se revolvió sobre sus pasos con un reverso y dejó mareado al alemán para... ¡meter un triple contra tablero desde la esquina con un ángulo prácticamente imposible y con su defensor al lado! Es pura magia.