Son imparables. Y si el rival son los Knicks... pues simplemente invencibles. Warriors ganó por 36 puntos a los neoyorquinos. El equipo de Steve Kerr suma ya 50 victorias consecutivas en casa. La marca en la temporada como local es de 32-0.
Triunfo por 121-85. Golden State ya acumulaba 33 de ventaja al final del tercer acto. Y Stephen Curry hizo lo que quiso. Damnificado, entre otros, José Manuel Calderón. Solo jugó 15 minutos. Mientras, Curry a lo suyo: 34 puntos en 28 minutos con 8 triples anotados de 13 lanzados. Metió el 60% de sus tiros de campo. Sin despeinarse.
A Curry le acompañaron los de siempre: Klay Thompson y Draymond Green. También un Marreese Speights en plena forma. Warriors está ya en 61-6. Los Bulls de Michael Jordan siguen siendo el objetivo.
Los Knicks fueron un muñeco de trapo. Sin vida. Sin respuesta posible. A la deriva. Abandonando el partido a las primeras de cambio. Con Kristaps Porzingis haciendo un 1 de 11 en el tiro. Sabían que ésta no era su guerra.