Michael Kidd-Gilchrist debutó anoche en la presente temporada tras permanecer 4 meses en el dique seco por una lesión en un hombro. El alero de Charlotte Hornets jugó muchos minutos, 34, aportando 13 puntos a su equipo, que perdió en Portland (109-91).
El que fuera número 2 del draft se dañó el labrum del hombro en el primer partido de pretemporada. Fue el 3 de octubre. Entonces, se dijo que estaría 6 meses sin jugar, lo que ponía en solfa toda su temporada. Sin embargo, el jugador se ha recuperado mucho antes de lo esperado. No ha requerido ni 4 meses completos. Su físico privilegiado y su juventud han jugado a su favor.
Anoche, ante Blazers, 13 puntos y 7 rebotes con un 5 de 8 en el tiro de campo, además de aportar en su mejor especialidad, la defensa.
"Me faltó un poco el aliento", reconoció al final del partido un jugador que se caracteriza por tener un gran fondo físico. Evidentemente, los 4 meses de baja pesan. "Hice un esfuerzo supremo al esprintar de un lado al otro de la cancha, me fatigué un poco, pero eso ya llegará (adquirir la forma)", explicó.
A los Hornets les pesó, más que el aún limitado físico de Kidd-Gilchrist, la horrible noche del dúo formado por Kemba Walker y Nicolas Batum. Entre ambos sumaron una serie de 5 de 24 en el tiro de campo, con el francés en un 1 de 11.