Plato fuerte. El más fuerte. La NBA se viste de gala hoy para asistir al duelo entre los dos mejores equipos de la liga: Warriors y Spurs. El conjunto californiano y la escuadra texana se enfrentan en el Oracle Arena en un partido que ha levantado las más altas expectativas.
No es para menos. Los locales llegan con un balance de 40-4 y los visitantes presentan un 38-6. Es decir, ambos equipos están en un ritmo de amenazar las históricas 72 victorias de los Bulls de Michael Jordan.
Pero hay más, mucho más. Son los dos únicos equipos invictos como locales (20-0 Warriors y 24-0 Spurs). Y ese 20-0 de Golden State se mide ante un equipo que suma ya 13 victorias consecutivas. En lo que va de año, Spurs lleva un perfecto 10-0.
Además, se enfrentan el mejor ataque de la liga y la mejor defensa. Los Warriors anotan 114,7 puntos y los Spurs encajan 89,8, cuando la media de la NBA de puntos anotados y encajados es de 101,3. Los rivales están a años-luz de sus marcas.
Dos filosofías distintas
Todo ello con dos filosofías distintas en pista. Golden State encarna el baloncesto rápido marcado por los hombres bajos y la brillantez desde el triple que pretende dominar el siglo XXI y San Antonio defiende una idea mucho más clásica en la que los hombres altos tienen valor y el movimiento de balón resulta esencial, muy al estilo europeo.
Y frente a frente el recuperado Steve Kerr, con el efervescente Luke Walton a su lado, y el consagrado Gregg Popovich, con Ettore Messina a su vera.
Stephen Curry es el gran líder local, con Draymond Green, el rey del triple-doble, y Klay Thompson como grandes escuderos. Y Kawhil Leonard es la gran estrella visitante con el recién adquirido LaMarcus Aldridge como segundo, mientras Popovich sigue mimando a sus 3 joyas veteranas: Tim Duncan, Manu Ginóbili y Tony Parker. Precisamente, Duncan será el gran ausente.
El partido promete. Todos los ojos estarán hoy en Oakland. Porque éste es un duelo de titanes.