Tocar, tocar y tocar, mover la pelota mientras el contrario te persigue inútilmente hasta encontrar el hueco por el que atravesar la defensa rival y ejecutar un golpe letal. Es la definición del ‘tiki-taka’, cuya versión baloncestística ejecutan los Spurs como nadie.
El ‘tiki-taka’ no está al alcance de cualquiera. Requiere calidad técnica, paciencia y espíritu de equipo, cualidades que no son fáciles de reunir en un mismo equipo, pero que le sobran al conjunto de Gregg Popovich.
En la jugada que se puede ver en el vídeo, Patty Mills, Manu Ginóbili, David West y Kyle Anderson se pasan 8 veces el balón en una jugada que culmina con una pared, otro movimiento muy futbolístico, entre West y Ginóbili y una fácil bandeja con tiro adicional del primero. Algo muy difícil de lograr aunque los texanos lo hagan parecer muy fácil.
Sólo Boris Diaw, y no por falta de capacidad, se mantiene ajeno a la circulación del balón –manteniendo, eso sí, su posición exterior para facilitar las maniobras de sus compañeros- y disfruta como espectador, al igual que nosotros, de una jugada exquisita. Una de esas que ilustra como pocas que el baloncesto es un juego colectivo.