"Bochornoso". Así resumió Brett Brown, entrenador de los Sixers, la actuación llevada a cabo por sus hombres anoche ante San Antonio Spurs. No es para menos, ¡porque su equipo perdió en casa ante los texanos por 51 puntos de diferencia!
Fue un abuso en toda regla, una humillación que se hizo aún más insoportable si se tiene en cuenta que el técnico visitante, Gregg Popovich, no alineó a Tim Duncan y Manu Ginóbili -a los que dio descanso- y tampoco tuvo a sus órdenes a Kawhi Leonard por encontrarse enfermo.
A pesar de ello, San Antonio firmó una nueva victoria que le coloca con un excelente 18-4 como segundo del Oeste. Y los Sixers sufrieron la quinta peor derrota de la historia de la franquicia, cuyo récord histórico son dos derrotas por 56 puntos.
Aldridge y Marjanovic
Espectaculares en la victoria dos jugadores interiores: LaMarcus Aldridge y Boban Marjanovic. La adquisición estrella de los Spurs para esta temporada hizo lo que quiso en la zona para acabar con 26 puntos y 9 rebotes en solo 22 minutos de juego. Y el gigante serbio sorprendió a todos anotando 18 tantos en 17 minutos.
La primera parte ya acabó con un más que sonoro 29-65. Esos 36 puntos de ventaja visitante lo decían todo. Los Sixers (1-21 como balance) finalizaron el encuentro con un 34,7% de acierto en el tiro de campo y un 4 de 24 desde el triple. Su gran referencia, el joven Jahlil Okafor, hizo un 3 de 14 en el lanzamiento.
Y el Wells Fargo Center se rindió al poder de los Spurs y sufrió de nuevo la fragilidad de su equipo.