Calientes, muy calientes acabaron anoche los jugadores de Milwaukee Bucks y Sacramento Kings el partido que les enfrentó en la cancha de los primeros. Los Kings se llevaron la victoria, pero el enfrentamiento se prolongó fuera de la pista, en el túnel de vestuarios.
Según los medios presentes, los gritos entre los jugadores de uno y otro equipo en la sala que da acceso a sus respectivos vestuarios podían ser escuchados perfectamente desde fuera, aunque todo indica que la cosa no llegó a más. Varios agentes de policía se situaron en la zona poco después para evitar cualquier conato de confrontación.
El primer momento tenso fue la expulsión del entrenador de los Bucks, Jason Kidd, a 1:49 del final, por golpear el balón que sostenía uno de los árbitros cuando protestaba por la falta de señalización de las faltas que, a su juicio, estaba cometiendo el rival. Kidd, un tanto fuera de sí, tuvo que ser sujetado por algunos de sus jugadores y uno de sus asistentes para alejarlo de los árbitros y acompañarlo a los vestuarios.
Más tarde, una vez finalizó el encuentro, habrían sido DeMarcus Cousins, baja por unas molestias físicas, y O.J. Mayo quienes se habrían encarado estando aún en la pista y habrían prolongado su enfrentamiento una vez en el camino de vestuarios. Un enfrentamiento verbal al que se habrían sumado más jugadores, entre otros, el Buck Jerryd Bayless.
El alcance del enfrentamiento no está claro y los pocos jugadores de los Bucks que dieron la cara ante la prensa tras el partido restaron importancia a lo ocurrido. “Es baloncesto. Son cosas que pasan. No tiene importancia”, eran las palabras de Bayless tras lo sucedido.