LeBron James y Stephen Curry comparten el anecdótico hecho de haber nacido en la misma ciudad, Akron (Ohio), y el nada anecdótico de ser las grandes estrellas de los 2 equipos que disputarán la final de la NBA, Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors. Su juego en la eliminatoria será determinante.
Sin duda, tanto Steve Kerr como David Blatt, entrenadores de los equipos finalistas, deben de andar estos días enfrascados en buscar la manera de tratar de reducir al mínimo la aportación de James y Curry al juego de sus respectivos equipos, una tarea nada sencilla y, a los ojos de LeBron, absolutamente estéril.
Preguntado por cómo parar a Curry, James ha sido claro en su respuesta: “No puedes”. Y es que, para LeBron, tanto Curry como él mismo son jugadores imparables para cualquier defensa rival.
A pesar de ello, tanto Warriors como Cavs intentarán desmentir las palabras de James. Para ello, los primeros utilizarán a Draymond Green para tratar de frenar a LeBron y los segundos, a Iman Shumpert y, si su físico se lo permite, a Kyrie Irving para tratar de evitar los letales lanzamientos de Curry. No será una tarea fácil.