Ya es oficial. Steve Nash se retira. Lo ha anunciado el propio jugador enviando una carta que a la web The Players' Tribune que ha sido publicada hoy. En ella, Nash se ha despedido de todos tras una larga y brillantísima carrera que no ha podido terminar de buen modo debido a su más que precario físico debido a su avanzada edad y a las muchas batallas vividas.
El jugador canadiense militó en Phoenix Suns (en dos etapas distintas), Dallas Mavericks y Los Angeles Lakers alcanzando su cénit baloncestístico en su segunda etapa con los Suns, etapa en la que fue elegido en dos ocasiones como MVP de la NBA. Todo un logro mayúsculo para un jugador blanco que jugaba como base en un equipo a priori menor.
Nash se retira con 41 años tras haber jugado 18 temporadas en la liga, toda vez que en la presente, aunque se contabilice, no disputó ni un solo minuto.
En 2012 se unió a los Lakers para intentar ganar el anillo que no había logrado hasta entonces. Los angelinos juntaron en un mismo equipo a Kobe Bryant, Dwight Howard, Steve Nash y Pau Gasol, entre otros jugadores, pero el proyecto, puesto en manos de Mike D'Antoni, fue un estrepitoso fracaso. De hecho, Nash solo jugó 50 partidos la primera temporada, 15 la pasada y ninguno en la presente. D'Antoni fue, sin embargo, el entrenador con el que mejor desarrolló su baloncesto Nash en sus años en Arizona.
Una brillante carrera
Este complicado final de carrera, con muchos años y muchas dolencias físicas a cuestas, no puede empañar una trayectoria deportiva espectacular.
Nash jugó 1.217 partidos de temporada regular y 120 de playoffs, despidiéndose como el tercer pasador de la historia de la NBA tras John Stockton y Jason Kidd. Sumó 10.335 asistencias en su carrera y lideró en 5 ocasiones ese apartado a final de temporada.
El base canadiense nacido en Sudáfrica fue dos veces MVP, en 8 ocasiones disputó el All-Star y 3 veces fue elegido en el Mejor Equipo de la liga. Su única decepción: no haber podido ganar nunca el título.
En sus 1.217 partidos de fase regular promedió 14,3 puntos y 8,5 asistencias con increíbles porcentajes: un 49% en el tiro de campo (espectacular para un base), un 42,8 desde el triple y nada menos que un 90,4% desde los libres.
Sin duda, se va un grande. No solo por sus números, sino por la forma de lograrlos. Fue un base puro, con gran capacidad organizativa, una visión de juego formidable, un tiro extraordinario y una gran facilidad para templar los nervios en los momentos decisivos. Fue un jugador de fantasía que hizo mejores a todos aquellos jugadores que le rodearon.