Apenas se habían jugado 48 segundos y ningún equipo había anotado aún. Entonces, los árbitros del Rockets-Wizards pararon el partido en el Toyota Center, y así se mantuvo, parado, durante alrededor de media hora.
El problema radicaba en el mal estado de uno de los aros. El aro en el que atacaba Houston Rockets estaba desnivelado y había que cambiarlo. Se intentó repararlo sin éxito y los colegiados decidieron que lo mejor era cambiar la canasta al completo. Poner una nueva -soporte, tablero y aro incluidos-. La operación llevó unos 20 minutos.
Así, entre los primeros intentos de reparación, la colocación de una nueva canasta y los 5 minutos de calentamiento antes de reanudar el partido, el encuentro no volvió a jugarse hasta 30 minutos después de que se parara.
Al final, el partido se reanudó sin más problemas y Washington se impuso en Texas por 103-104 a Houston.