Ya es oficial. La NBA ha anunciado que se ha cerrado la venta de Los Angeles Clippers. El nuevo dueño de la franquicia angelina es Steve Ballmer, ex CEO de Microsoft. Y el polémico Donald Sterling se queda fuera del equipo tras agotar su lucha legal y después de ser su propietario durante 33 años.
Ballmer se ha hecho con una de las franquicias más mediáticas de la liga tras abonar 2.000 millones de dólares, precio récord de la historia de la liga. El Comité Ejecutivo de la NBA, formado por el resto de propietarios, ya había dado su visto bueno a la operación de venta y sólo faltaba que ambas partes, una vez que los tribunales rechazaron el intento de bloqueo de Sterling, sellaran con su firma el acuerdo.
El nuevo propietario de los Clippers nació hace 58 años en Detroit, fue presidente ejecutivo de Microsoft, empresa en la que ingresó en 1980, y ocupa, según los datos de Forbes correspondientes a 2013, el puesto 51 en la lista de los más ricos del planeta con una fortuna de 15.200 millones de dólares.
Un auténtico culebrón
La larga historia de la venta de los Clippers comenzó cuando trascendieron unas palabras racistas que Sterling había pronunciado en privado, lo que originó un monumental escándalo y una sanción a perpetuidad de la NBA contra el propietario de los Clippers. Tras ello, llegó un enredo legal que ha tenido ocupados a los juzgados durante los últimos meses.
Sterling agotó su última bala presentando un recurso en California ante la Corte de Apelaciones del Segundo Distrito, pero ésta ha rechazado la petición del octogenerio empresario, que con anterioridad había defendido, también sin éxito, que su mujer, Shelly Sterling, carecía de la capacidad legal para vender el equipo a Ballmer.
De este modo, Sterling tiene que abandonar por la puerta falsa la NBA cuando su equipo se encuentra en el mejor momento deportivo y económico de su historia.