Parecía inevitable. Una vez que LeBron James decidió regresar a su tierra natal y volver a jugar con Cleveland Cavaliers, los rumores se han desatado en torno a Kevin Durant para situarlo en su ciudad natal, Washington, en el verano de 2016.
Pero liderar a los Wizards es un asunto muy lejano. Le viene estupendo a la prensa para alimentar el interés del aficionado cuando decae el mercado, pero es un ejercicio de imaginación a largo plazo.
Ante tanto rumor a 2 años vista, Durant se lo toma con calma. "Se está hablando de ello", reconoció ayer martes tras el entrenamiento de la selección de Estados Unidos, pero no parece ni preocuparle, ni afectarle lo más mínimo. Simplemente, considera que no es el momento.
"Estoy en Oklahoma City y me gusta estar en Oklahoma City. ¿Quién sabe qué ocurrirá?. Nunca cerraré la puerta a nada, pero me gusta donde estoy ahora", ha dicho. Y ese no cerrar la puerta ha acrecentado la catarata de rumores en torno a su figura y su regreso a casa dentro de 2 veranos.
Sin prisa alguna
Durant, por ahora, no tiene prisa, aunque está claro que si los resultados no llegan terminará emigrando de Oklahoma.
A sus 25 años, aún hay tiempo para lograr grandes éxitos. Por ahora, no lo ha conseguido a nivel colectivo, pero a nivel individual la pasada temporada resultó excelente. Fue máximo anotador de la NBA, logró ser nombrado MVP de la temporada y promedió en fase regular 32 puntos, 7,4 rebotes y 5,5 asistencias. Estuvo fabuloso.
Eso sí, lo que parece claro es que mediáticamente resultaría espectacular un LeBron James vs. Kevin Durant estando cada uno en los equipos de sus respectivas tierras natales.