El regreso de LeBron James a Cleveland ha surtido de inmediato sus primeros efectos. Las últimas horas han sido una locura en los despachos de la franquicia que, en apenas unas horas, ha vendido los algo más de 12.000 abonos de temporada puestos a la venta.
Si no han vendido más, es porque ése es el límite que los Cavs se habían impuesto en cuanto al número de abonos con el fin de dejar unas 8.000 localidades disponibles por partido que puedan ser puestas a disposición del público en otras modalidades de venta.
La demanda para esas entradas fuera de abono también se ha disparado y los intermediarios encargados de su comercialización han reconocido que sus teléfonos no paran de sonar, ya que hay miles de aficionados interesados en reservar una localidad para los partidos de los Cavaliers.
La franquicia, de momento, ha mantenido el precio previsto de los abonos de temporada, pero es de esperar que eleve el precio del resto de las entradas. Y es que el regreso de LeBron a su tierra natal ha desatado la locura en unos aficionados que parecen haber perdonado de forma instantánea que su gran estrella les abandonara hace 4 años.