La llegada de José Manuel Calderón a los Knicks ha alimentado los ya existentes rumores sobre una posible llegada de Pau Gasol al equipo neoyorquino. Lo cierto es que el escenario resulta atractivo para el jugador español, pero también tiene sus inconvenientes.
Con Phil Jackson al frente, su ex compañero Derek Fisher en el banquillo y ahora su amigo y compañero de selección como comandante en pista, los Knicks se presentan para Gasol como un destino atractivo por la familiaridad y por la posibilidad de regresar a un esquema ofensivo, el triángulo, en el que el catalán se siente a gusto y se mueve como pez en el agua.
Por todo ello, es más que probable que los Knicks traten de echar las redes al todavía, hasta el 1 de julio, jugador de los Lakers con todos estos reclamos. Gasol sería sin duda un gran refuerzo para el proyecto de Jackson en la Gran Manzana, más ahora que la marcha de Tyson Chandler a Dallas ha debilitado el juego interior del equipo.
Una contratación con serios obstáculos
Sin embargo, existen también serios inconvenientes a la hora de que el reclutamiento de Pau llegue a buen término. En primer lugar, las limitaciones salariales de los Knicks le impiden competir con las ofertas que pueden presentar otros equipos. Los Knicks pueden ofrecerle como máximo su excepción reducida de nivel medio, unos 3,27 millones por temporada. Un salario que se antoja un recorte excesivo para un Gasol que recibirá ofertas muy por encima de esa cifra.
En segundo lugar, los Knicks son un equipo por hacer y, por lo tanto, un riesgo que no se sabe si el pívot español está dispuesto a correr. El español parece más inclinado a firmar por un equipo ya hecho, un conjunto que ya estuviera en playoffs el pasado año y en el que su presencia suponga un plus a la hora de competir por el título.
Aun así, los Knicks parece que intentarán atraerle y es que, en el intento, no pierden nada y podrían ganar mucho si consiguen convencer al español para que firme aceptando un serio recorte salarial. No será fácil.