Hoy es el turno de la gran final de la Conferencia Oeste que reúne a los que han sido los dos mejores equipos de la conferencia a lo largo del curso: San Antonio Spurs y Oklahoma City Thunder.
La final ha de ser igualada, competida, pero parte como favorito San Antonio por un cuádruple motivo: sus 62 victorias en temporada regular que le han otorgado el factor cancha, la notable profundidad de su plantilla, la superioidad de Gregg Popovich en el banquillo y el hecho de que pueda contar con Tony Parker y que OKC no pueda tener en sus filas al lesionado Serge Ibaka. Pero, claro, Thunder tiene en sus filas a un tal Kevin Durant.
La lesión de Ibaka no es baladí, dado lo mucho que aporta el hispano-congoleño en defensa y su contribución también, aunque en menor medida, en ataque.
Será ésta una final en la que un equipo mayúsculo, con una profundidad de banquillo espectacular, se enfrentará a una escuadra en la que Kevin Durant y Russell Westbrook deberán tirar de su genialidad para hacer horas extras.
Es verdad que OKC tiene en su suplencia la calidad de Reggie Jackson y la experiencia de Derek Fisher y Caron Butler, pero no es menos cierto que para experiencia en estas lides la de los Spurs. Los Thunder Nick Collison y Steven Adams tendrán que dar un paso adelante, ausente Ibaka.
Superioridad en la banda
Un hecho que casi nadie cuestiona es la superioridad en el banquillo de Gregg Popovich sobre Scott Brooks, sin desmerecer la labor de éste.
Además, tener como suplentes a Manu Ginóbili, Marco Belinelli y Boris Diaw es un auténtico lujazo internacional, que se hace aún más grande con la tremenda aportación en playoffs que está ofreciendo el australiano Patty Mills.
En la ONU montada en los Spurs hay de todo, pero mucho pasa por el estado físico de Parker, por la calidad experta del incombustible Tim Duncan, por el espíritu competitivo de Manu Ginóbili y por la presencia e intensidad en los dos lados de la cancha de Kawhi Leonard.
Los Spurs ganaron 4-3 a Dallas y 4-1 a Portland, mientras que los Thunder se deshicieron de Memphis por 4-3 y de Clippers por 4-2. Pero lo peor para OKC pasa de nuevo por las lesiones. Si el año pasado fue Westbrook, éste año es Ibaka.