La liga ha designado al hombre que dirigirá de forma interina a Los Angeles Clippers, un nombramiento con el que nuevamente pretende enviar un mensaje. Y es que el elegido, es uno de los más brillantes ejecutivos afroamericanos de los Estados Unidos.
Richard Parsons, de 66 años, cumple todos los requisitos que podía desear la NBA. Tiene tras de sí una larga y brillante carrera como ejecutivo, habiendo sido presidente de dos grandes corporaciones como Citigroup y Time Warner, es un apasionado del baloncesto que jugó en el equipo de la Universidad de Hawaii en su época universitaria y es negro.
Un hombre nacido en una modesta familia trabajadora de Brooklyn que representa el tan estadounidense modelo de “hombre hecho a sí mismo” y la superación de las diferencias raciales, ésas que la NBA pretende desterrar con la defenestración de Donald Sterling y el nombramiento de Parsons para llevar las riendas de los Clippers en tanto se decide el futuro de la franquicia.
Parsons, que vive en Nueva York, ha dicho que su intención es pasar bastante tiempo en Los Ángeles durante los próximos meses, unos meses en los que espera que la transición en la propiedad de la franquicia esté resuelta y los nuevos propietarios puedan nombrar su propio equipo directivo.
Sin embargo, sigue sin estar nada claro que la situación de los Clippers pueda resolverse en el corto plazo de tiempo esperado por Parsons. Pese a la salida de Sterling, tras su sanción de por vida parte de la liga, y la de su mano derecha y anterior presidente, Andy Roeser, forzado por la liga a tomarse “un descanso indefinido”, la NBA deberá enfrentarse al deseo expresado por Shelly Sterling, mujer del dueño de los Clippers, de mantener el 50% del equipo que le corresponde por su matrimonio.
Además, todo apunta a que el propio Donald Sterling anda ya buscando ayuda legal para enfrentarse en los tribunales a la NBA en el caso de que la liga continúe adelante con su plan de forzarle a vender los Clippers.