"Soy uno de los mayores fracasos de la historia de la NBA". Quien así se expresa, de un modo tan franco y tan rotundo, no es otro que el pívot de Miami Heat Greg Oden, un número 1 del draft cuya trayectoria deportiva quedó truncada por las lesiones.
Oden consiguió un increíble logro al volver a jugar al baloncesto la pasada pretemporada tras permanecer casi 4 años en el dique seco y en regresar de forma oficial a las pistas con Miami Heat 1.502 días después de disputar su último partido con Portland Trail Blazers.
El jugador es consciente de que ese fracaso del que habla se irá incrementando más y más según el número 2 del Draft de 2007, Kevin Durant, siga agrandando su figura en la liga. Desde luego, Thunder estará eternamente agradecido a Blazers por la elección que hizo en el número 1 a favor del jugador de Ohio State.
"Es frustrante que mi cuerpo no pueda hacer muchas veces lo que a mi mente le gustaría hacer", reconoce un Oden que dice no arrepentirse en absoluto de haber fichado por Miami Heat para tratar de recuperar una parte del tiempo perdido.
Lo cierto es que Oden ha disputado solo 23 partidos de fase regular esta temporada con promedios de 2,9 puntos y 2,3 rebotes en 9,2 minutos y aún no ha debutado en playoffs.
A sus 26 años, su carrera está arruinada, porque haga lo que haga no podrá llegar, ni de lejos, a lo que todos esperaban de él estando sano. De hecho, desde 2007 solo ha podido jugar 105 partidos como profesional, juegos en los que ha promediado 8 puntos y 6,2 rebotes.