LeBron fue más rey que nunca. Diríase, más bien, que todo un emperador. El vigente MVP de la NBA vivió su noche más salvaje y de paso arruinó un partido memorable de Al Jefferson. Tanto fue así, que los 38 puntos y 19 rebotes de Jefferson pasaron desapercibidos ante los 61 puntos de LeBron James, su mejor marca personal como profesional y el récord de la franquicia de los Heat.
Con esos 61 puntos acompañados de excelentes porcentajes, James se cargó a Charlotte. La máscara transparente sustituyó a la máscara negra y todo tuvo más brillo. Hasta refulgir de un modo extremo.
También brilló a grandísima altura el joven Andre Drummond, que capturó 26 rebotes en el Pistons-Knicks, un partido que supuso una nueva decepción para el equipo neoyorquino. Esos 26 rebotes son la mejor marca reboteadora de la temporada empatados con los 26 que hizo en su día Dwight Howard.
Miami 124 Charlotte 107
Todo queda eclipsado ante lo que hizo LeBron James, provisto de su nueva máscara protectora transparente, una máscara que guardará, a buen seguro, como oro en paño a partir de hoy y que se podría vender en el futuro a un precio desorbitado.
Lo cierto es que cualquier cosa que se diga de este partido pasa por LeBron, autor de 61 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias y 22 de 33 en el tiro de campo con 8 de 10 triples en 41 minutos de ensueño, 41 minutos que borraron de un plumazo su marca anotadora en la NBA, que estaba en 56 cuando jugaba en Cleveland, y la de la franquicia de Heat, también en 56 en poder de Glen Rice.
La primera parte ya nos dio una idea de que LeBron andaba fino, pero para entonces no se había desatado aún ni él ni el equipo: 60-54 al descanso con 24 puntos de James. Porque fue al llegar el tercer cuarto cuando todo explotó. James hizo 25 puntos en ese cuarto, los mismos que todo el equipo de Charlotte. ¡Y llegó a llevar 8 triples de 8 intentos!. Parcial del cuarto: 38-25. Y Miami con +19 y partido en el bolsillo. Cánticos de MVP para LeBron, aunque no jugara en casa.
Ya no hubo más historia que esperar a que LeBron batiera sus récords y a que llegara a los 60. Por lo demás, triunfo cómodo local con el equipo en un 55,4% en el tiro, con un excelente 16 de 28 desde el triple. Brutal ofensiva con solo 7 pérdidas de balón. Y todo ello sin Dwyane Wade en la pista y con Chris Bosh (15 puntos y 7 rebotes) como único jugador que recogió las migajas que dejó la superestrella local. Miami suma ya 8 victorias seguidas.
En Charlotte, de nada sirvieron los 38 puntos con 19 rebotes y un extraordinario 18 de 24 en el tiro de campo de Jefferson. El resto, eso sí, fueron meros acompañantes y el equipo notó un nuevo mal partido de Kemba Walker. Otra vez bien los suplentes Anthony Tolliver y Cody Zeller.
Detroit 96 New York 85
Dos equipos con temporadas completamente decepcionantes y victoria de Pistons sobre unos Knicks que van de mal en peor. Baste decir que Detroit llegaba al partido habiendo perdido sus últimos 4 encuentros y 7 de sus 8 últimos compromisos. Pero no tuvo demasiados problemas para vencer.
Lo logró con un apabullante joven: Andre Drummond. Dominador, físico, insistente, entregado, grande. Drummond finalizó con 17 puntos y 26 rebotes, su récord en los tableros. Y es que el rebote local ganó la partida al visitante aunque Tyson Chandler capturara 18.
Además, 16 puntos de Will Bynum y Rodney Stuckey y 11 asistencias de Brandon Jennings, que sigue negado en la anotación en los últimos partidos.
Los Knicks arrancaron con cambio de planes. Jugando con dos altos de titulares: Chandler y Amar'e Stoudemire, lo que dejó fuera a Pablo Prigioni. Y pareció surtir efecto en un buen primer cuarto. Eso sí, los de Nueva York anotaron solo 57 puntos en los 3 cuartos siguientes para perder por culpa de unos exteriores nefastos.
Carmelo Anthony hizo 28 puntos con 4 triples y Stoudemire jugó nada menos que 32 minutos para lograr 22 tantos con un 9 de 11 en el tiro. Además de eso y Chandler en el rebote... nada. Raymond Felton, J.R. Smith, Iman Shumpert y Tim Hardaway Jr. firmaron un 8 de 39 en el tiro. Así no hay forma. Y Prigioni jugó 16 minutos para meter 2 puntos y dar 3 pases de canasta. Los Knicks no parecen tener remedio.