La salida de Danny Granger de unos Sixers en los que, en realidad, nunca ha llegado a entrar ya es oficial. La franquicia ha anunciado hoy que ha alcanzado un acuerdo con el jugador para rescindir el contrato que les unía tras llegar traspasado desde Indiana Pacers.
El alero llegó a los Sixers poco antes de que se cerrara el mercado de traspasos en la NBA tras un intercambio gracias al cual los Pacers, su equipo de toda la vida, se hicieron con Evan Turner y Lavoy Allen. Pero los rumores sobre una posible rescisión de su contrato surgieron nada más conocerse la operación.
El jugador no tenía intención de quedarse en un equipo como los Sixers, cuya máxima aspiración este año parece ser conseguir el peor registro de la NBA para tener el mayor número de probabilidades a la hora de obtener el número 1 del próximo draft. Granger quería volver al estatus que tenía en los Pacers, es decir, jugar en un equipo que estuviera en condiciones de pelear por el título.
Por ello, franquicia y jugador han estado negociando a lo largo de la semana para buscar un acuerdo satisfactorio para ambas partes. Granger quería ser agente libre y los Sixers, ahorrarse buena parte de los casi 5 millones que aún le restaban por cobrar al alero de los 14,1 millones de su salario para la actual temporada. Finalmente ha habido acuerdo, aunque los términos del mismo no se han hecho públicos.
Ahora, Granger deberá esperar 48 horas antes de poder firmar con otra franquicia que no sea la que le traspasó. Clippers, Rockets, Bulls, Heat y Spurs parecen encabezar la lista de aspirantes, con los primeros y los últimos como principales favoritos a hacerse con el alero.
Todo indica que la posibilidad de disponer de un buen número minutos de juego y las opciones de pelear por el título serán las dos variables que más pesen en la decisión del jugador. Una decisión que se espera que dé a conocer el próximo viernes.