Días después de su llegada a los Sixers en el último día del mercado de invierno de la NBA, el futuro de Danny Granger con su nueva franquicia sigue sin estar claro. El alero aún no ha jugado con su nuevo equipo y podría estar negociando la rescisión de su contrato.
Granger no entrenó el domingo por la mañana con el resto de sus compañeros porque, según su entrenador, Brett Brown, aún estaba pendiente de concluir el examen físico requerido tras el traspaso que le llevó de Indiana a Philadelphia a cambio de Evan Turner y Lavoy Allen.
Lo cierto es que, a día de hoy, no está claro ni siquiera que Granger vaya a llegar a vestir la elástica de los Sixers. El jugador y sus representantes ya habrían mantenido contactos con Sam Hinkie, general manager de los de Filadelfia, para tantear la posibilidad de llegar a un acuerdo de rescisión que permitiera a Granger firmar hasta final de temporada con un equipo con aspiraciones a pelear por el campeonato.
Sin embargo, el acuerdo no parece fácil dado el alto salario del jugador, que supera los 14 millones de dólares en la actual temporada. Parece claro que los Sixers no están dispuestos a pagar tan alto salario para que Granger le sea de provecho a otra franquicia, por lo que el jugador tendría que renunciar probablemente a la mayor parte del dinero que le queda por cobrar para poder convertirse en agente libre. Y eso es mucho dinero.
En todo caso, es de esperar que en los próximos días se resuelva su situación en un sentido o en otro. Para poder estar presente en playoffs con otro equipo, Granger y los Sixers deberían llegar a un acuerdo de rescisión antes del ya cercano 1 de marzo.