Entre los movimientos menores que han cerrado el mercado de traspasos de la NBA, los Clippers han protagonizado dos, ambos con una misma finalidad, reducir su carga salarial. Antawn Jamison se marcha a Atlanta Hawks y Byron Mullens a los Sixers de Filadelfia.
Ninguno de los dos jugadores tenía una presencia importante en la rotación del conjunto californiano, de ahí que la franquicia, tras no haber conseguido cerrar ningún acuerdo de cierto calado, haya decidido desprenderse de ellos aprovechando los instantes finales previos al cierre de mercado.
Jamison, cuyo contrato es por el mínimo de veterano y finaliza este verano, había jugado 22 partidos en los que había promediado 3,8 puntos y 2,5 rebotes en 11,3 minutos en pista con unos porcentajes de tiro realmente bajos.
A cambio del veterano ala-pívot, los Clippers se quedan con los intrascendentes derechos de Cenk Akyol, jugador turco elegido por los Hawks en el puesto 59 del draft de 2005 y que nunca ha llegado a jugar en la NBA.
Mullens también cobra el salario mínimo, aunque su contrato, firmado el pasado verano, se extiende hasta 2015, siendo la próxima temporada opción del jugador. Con los Clippers ha jugado 27 partidos en los que ha promediado 2,5 puntos y 1,2 rebotes en poco más de 6 minutos de juego por noche.
Con la salida de Jamison y Mullens, los Clippers logran ahorrarse, en principio, casi 2 millones de dólares en penalizaciones salariales a final de temporada.