Buenas noticias para Brooklyn Nets. Más que por su victoria anoche ante Boston, que también, por la recuperación de los lesionados Deron Williams y Paul Pierce. Ambos jugaron ante los Celtics. Pierce volvió como suplente y no pudo brillar ante su ex equipo, pero D-Will brindó por fin una gran actuación a su afición tras un complicadísimo inicio de temporada en el que el tobillo le ha llevado a sus peores números de siempre.
Williams llevaba 3 semanas en el dique seco. Su lesión de tobillo está siendo una tortura. Sufrió un esguince con contusión ósea cuando entrenaba a finales de verano en el estado de Utah. A partir de ahí, una pretemporada tirada por los suelos por culpa del pie, una llegada tardía a la campaña regular y una recaída de su lesión. En sus 2 encuentros anteriores solo había podido jugar 5 y 13 minutos. Una ruina.
El caso es que entre todos esos problemas solo ha podido jugar 10 encuentros en los que promedia unos pobres 10,9 puntos y 6,1 asistencias en 25 minutos de juego. A años-luz de su nivel. Y ese bajísimo rendimiento por culpa del tobillo ha repercutido enormemente en la mala trayectoria de los Nets, ya que ni el mejorado Shaun Livingston, ni Tyshawn Taylor tienen capacidad para sustituirle.
Anoche, en la victoria ante Boston, se vio por fin a un Deron Williams en condiciones. El base lideró a su equipo con 25 puntos y 7 asistencias en 37 minutos. Es, sin duda, una magnífica noticia para Jason Kidd y Mikhail Prokhorov.
También Pierce
El partido sirvió también para ver la vuelta de Paul Pierce, precisamente enfrentándose al que fue su equipo de toda la vida, los Celtics.
Pierce ha regresado en tiempo récord. Apenas ha estado 11 días parado cuando las previsiones hablaban de entre 2 y 4 semanas por una lesión en la mano.
Al alero se le vio aún distante de su mejor físico. Salió como suplente y aportó 4 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias en 22 minutos. No fue capaz de anotar ni una sola canasta en juego. Ahí se notó que la lesión que intenta dejar atrás es en su mano de tiro. De todos formas, hay que valorar su rápida recuperación y más tratándose de un jugador de 36 años.