Un libro recientemente publicado en los Estados Unidos ha sacado a la luz documentos que demuestran que el FBI investigó a varios jugadores de los Knicks de Nueva York por, supuestamente, ayudar a amañar el resultado de varios partidos en la temporada 1981-82.
Las sospecha, en algunos casos certezas, sobre el amaño de partidos en la NBA y otros deportes profesionales para favorecer las apuestas de la delincuencia organizada son un tema inevitablemente recurrente y que ha costado su carrera a más de un jugador.
Un caso muy recordado en las últimas semanas ha sido el de Roger Brown, recientemente elegido miembro del Salón de la Fama a título póstumo. Brown, una estrella de la ABA, fue vetado por la NBA cuando ambas ligas se fusionaron tras ser acusado de amañar partidos en el inicio de su carrera. Las acusaciones se demostraron más tarde completamente infundadas y fue rehabilitado, pero para entonces, su carrera como jugador estaba finalizando y no llegó a poder mostrar su enorme talento en la NBA.
Apuestas y drogas
El caso que se desvela ahora y que involucra a antiguos jugadores los Knicks se remonta a una época muy cercana a aquella, a principios de los 80. Según parece, varios jugadores importantes de aquel equipo de la temporada de 1981-82 habrían fingido lesiones o se habrían ausentado en determinados partidos para favorecer la derrota de los neoyorquinos y con ello, las apuestas un conocido traficante de drogas de la Costa Este al que también habrían ofrecido información privilegiada de primera mano desde el interior del vestuario.
Los jugadores no habrían recibido dinero, sino que lo habrían hecho como gesto de cortesía hacia el hombre que les suministraba cocaína, droga a la que algunos jugadores eran aficionados cuando no adictos en aquella época. Los propios jugadores podrían haber llegado a apostar en contra de su equipo. La falta de evidencias físicas o testigos dispuestos a declarar sobre los hechos investigados por el FBI impidió que llegaran a presentarse cargos contra alguno de los investigados.
Eso sí, las revelaciones del libro han puesto las miradas sobre Micheal Ray Richardson, máximo anotador del equipo en aquella temporada 1981-82 y expulsado de la liga a perpetuidad en 1986 por consumo de cocaína, una droga a la que fue adicto durante años. Richardson, 4 veces All-Star, ha negado cualquier implicación en los hechos relatados por el libro.