Tenía todas las papeletas para salir del equipo y así ha sido. DeAndre Liggins ya no es jugador de Oklahoma City Thunder. El equipo que dirige Scott Brooks ha cortado al jugador unos días después de que fuera detenido por la policía.
Liggins fue arrestado por un caso de violencia de género y el club ya advirtió de que se estaba tomando muy en serio el asunto. Los cargos que pesan sobre el jugador son graves ya que está acusado de malos tratos en el ámbito doméstico, agresión con un arma peligrosa con resultado de lesiones, de incumplir una orden de alejamiento e incluso de secuestro.
A esa detención hay que unir que el jugador no tenía garantizado su contrato la próxima campaña, un contrato que ascendía a cerca de 900.000 dólares.
El escolta, nacido en Chicago hace 22 años y formado en la Universidad de Kentucky, jugó la pasada temporada 39 encuentros de fase regular con OKC y 8 de playoffs con escasa participación en el juego.