Los intereses de la ciudad de Nueva York han pesado mucho más, como no podía ser de otra manera, que los del propietario del Madison Square Garden y los Knicks, James Dolan. El estadio tendrá que desalojar antes de 10 años la ubicación que ocupa desde 1968.
Así lo han decidido por abrumadora mayoría, 47 votos contra 1, los representantes municipales en el ayuntamiento de la ciudad en una votación celebrada esta misma semana. El más limitado plazo de 10 años fue el elegido, frente a los 15 por los que abogaba el equipo de gobierno del alcalde, Michael Bloomberg, o la cesión a perpetuidad que solicitaban los propietarios.
El motivo de tan corto plazo no es otro que la acuciante necesidad de ampliar la estación de tren de Penn Station, situada debajo del estadio. Un nudo de comunicaciones vital para la ciudad de Nueva York por el que pasan cada día la friolera de 300.000 viajeros.
Numerosas organizaciones vecinales habían presionado para que se redujera al mínimo el plazo para forzar la reubicación del MSG, dada la necesidad urgente de reformar y ampliar la estación, un proyecto cuyo mayor obstáculo es la presencia del histórico estadio.
La propiedad del Madison, en el que juegan los Knicks y los Rangers de la NHL, corresponde a la MSG Company, una compañía subsidiaria de Cablevision. Al frente de ella, como de Cablevision, los Knicks y los Rangers está un solo hombre, el archiconocido y excéntrico James Dolan.
Dolan y sus directivos esgrimían como argumentos para lograr una extensión a perpetuidad los casi 1.000 millones de dólares invertidos en la reforma del MSG que concluirá el próximo otoño, casi 1 año después y con el doble de presupuesto del anunciado inicialmente. Una reforma que se anunció poco después de que fracasara por culpa de la recesión, la falta de financiación y la falta de liderazgo político un ambicioso plan previo, valorado en 14.000 millones de dólares, para trasladar el Garden y ampliar la masificada estación de tren.
Un pedazo de historia de la ciudad
El actual estadio, escenario de múltiples espectáculos de todo tipo, es en realidad el cuarto MSG que ha existido en la ciudad de Nueva York desde que se construyera el primero en 1879 en la intersección de la Quinta Avenida y Broadway, donde se ubica Madison Square.
Una ubicación que no tiene nada que ver con la del actual edificio – situado en Pennsylvania Plaza, entre la Séptima y Octava Avenida-, inaugurado el 11 de febrero de 1968 y que en la actualidad es la más antigua de las grandes instalaciones deportivas ubicadas en el área metropolitana de Nueva York.
Si nada cambia, dentro de 10 años deberá inaugurarse el quinto MSG de la historia de la ciudad en una ubicación aún por decidir, o sus actuales inquilinos buscar otros estadios, y el que ha sido hogar de los Knicks durante décadas será demolido y pasará a ser sólo un recuerdo para los millones de espectadores que ha acogido a lo largo del tiempo.