Mark Price fue un estupendo base que desarrolló su carrera en la NBA entre 1986 y 1998, gastando gran parte de sus 12 temporadas como profesional en Cleveland Cavaliers. Price, además de un estupendo director de juego, fue un extraordinario tirador.
Lo atestiguan sus cifras. En 12 años, Price anotó el 40,2% de sus tiros triples y acabó su carrera con un 90,4% en tiros libres. Fue 4 veces All-Star y promedió 15,2 puntos y 6,7 asistencias.
Ahora, Price es técnico asistente de Charlotte Bobcats. Fue contratado este verano con la intención de trasladar a los jugadores su conocimiento en la organización del juego y, sobre todo, su impecable técnica de tiro. Pero en realidad su contratación ha tenido mucho que ver con un jugador de Charlotte, el joven Michael Kidd-Gilchrist. Y es que lo que se pretende es que Price sea ese instructor de tiro que haga ver a Kidd-Gilchrist la importancia del tiro lejano para un alero.
Porque el tiro de Kidd-Gilchrist desde la media y larga distancia es vulgar y desde el triple, inexistente. Tras ser elegido número 2 del draft en 2012, su campaña de novato concluyó con una sonora decepción: 9 puntos y 5,8 rebotes por partido y un 22,2% en el triple tras solo lanzar 9 veces en 78 partidos. Para MKG, el triple prácticamente no existe.
Por ello, su equipo quiere que se ponga las pilas, y Mark Price es el maestro perfecto. Con 49 años, Price tiene algo muy claro: "Cualquiera puede llegar a ser mejor tirador". Las claves no constituyen secreto alguno: adquirir una técnica correcta y confiar en el trabajo constante. Dos aspectos en los que se habrá de aplicar muy en serio el joven Kidd-Gilchrist.