Marc Gasol reina, por ahora, en la serie que enfrenta a Memphis con Oklahoma City. El español está siendo el jugador más decisivo en ataque y defensa de su equipo, que domina 2-1 tras ganar 87-81 a Thunder en el tercer encuentro de la eliminatoria.
OKC empieza a echar de menos, y mucho, a Russell Westbrook. Y Kevin Durant empieza a dar algunos signos de debilidad física por el tremendo esfuerzo al que se está viendo sometido. El alero estelar de Oklahoma está haciendo unos playoffs sensacionales, pero su sobreesfuerzo empieza a pasarle factura. En este tercer partido, anotó sólo 2 puntos en el último cuarto y erró, ¡esto sí que es sorprendente!, 2 tiros libres muy importantes en los últimos segundos.
El caso contrario fue Marc Gasol, que completó un magnífico partido con una segunda parte sobresaliente en ataque. Acabó con 20 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias, amén de una defensa extraordinaria. Mike Conley y Tony Allen, estupendo en defensa, fueron sus mejores apoyos.
Memphis 87 Oklahoma City 81 (2-1)
¡Y Kevin Durant falló 2 tiros libres con 39 segundos por jugar con el marcador en 85-81 para Memphis!. Lo nunca visto. Un jugador que anda por encima del 90% en el libre, un jugador cuyo aplomo resulta indiscutible, un jugador inabordable en momentos de máxima tensión… ¡erró 2 libres seguidos!. Su rostro era un poema. Con esos 2 fallos se le iba gran parte del partido a su equipo, pero detrás de esos 2 errores había una historia muy larga, la del desgaste físico de un jugadorazo que está teniendo que llevar su cuerpo al extremo ante magníficos defensores.
Porque el último cuarto de Durant ante Memphis fue el último cuarto de un jugador sin cuerpo defendido por un depredador llamado Tony Allen y todo un ejército de ayudas. Y Memphis ganó el encuentro. Merecidamente.
Memphis aún no ha perdido un solo partido en el FedExForum en los presentes playoffs y acumula 18 victorias en sus últimos 19 encuentros disputados en su casa. Eso da una auténtica medida de su solidez como equipo local, una solidez que va de la mano de su tremenda fortaleza defensiva y de su gran poder como grupo.
En el tercer partido de la serie ante OKC volvieron los de Lionel Hollins a sacar a relucir sus mejores armas y volvieron a mostrar que están en condiciones de aspirar a las más altas empresas bajo el liderazgo de un Marc Gasol que está haciendo una eliminatoria ante Thunder sencillamente espectacular, tanto en ataque como en defensa.
Gasol fue el pilar de la victoria, la pared maestra, el cimiento imperturbable ante cualquier movimiento de tierra. El internacional español mostró unas dotes de liderazgo y una madurez a prueba de bomba y tras un sobresaliente segundo tiempo –con un tercer cuarto excelso- acabó con 20 puntos, 9 rebotes, 4 asistencias y 2 tapones para bordar el baloncesto en 37 minutos de juego. Anotó, además, 2 tiros libres importantes a 1:03 del final y defendió al máximo nivel.
Éste último aspecto resulta muy remarcable. Porque con Gasol en pista el ataque visitante sufrió mucho hasta atascarse en un 31% de acierto en el tiro, mientras que con Gasol descansando en la banda todo resultó más fluido para los de Scott Brooks, que pasaron a meter el 48% de sus lanzamientos. Dos mundos la defensa de Memphis con o sin Gasol.
Pero más allá de Gasol, hubo otros jugadores locales que brillaron, aunque no fuera en la medida del español. Mike Conley, por ejemplo, aportó algo de lo que careció OKC: dirección de juego. Un elemento muy a tener en cuenta.
El movimiento de balón de Memphis fue infinitamente superior al de su rival y la clave de ello es que Memphis tiene 2 bases en cancha con un gran sentido del juego colectivo: Mike Conley y Marc Gasol. Mientras, OKC, juega sin base, ya que Reggie Jackson es un buen jugador, pero lleva un escolta en su cabeza. En realidad, sólo Kevin Durant está preparado para repartir juego. Conley finalizó con 14 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias, mostrando una gran templanza en los tiros libres en la parte final del partido.
Otro jugador esencial en los Grizzlies fue Tony Allen, que, además de defender, metió 14 puntos tras una gran primera parte en ataque. Excelente su trabajo sobre Kevin Durant en el último cuarto. Crucial.
Por eso, Memphis sobrevivió al pobre partido en ataque de Zach Randolph, que colaboró al menos en el rebote. Porque Memphis es un equipo que tapa con trabajo y solidaridad la carencia que percibe. Además, ayudaron bien suplentes como Jerryd Bayless, muy bien en la primera parte, o Quincy Pondexter, que sigue creciendo como suplente que aporta.
En realidad, el partido fue de Memphis. El equipo local dominó el marcador constantemente a partir de un gran trabajo en la retaguardia. Sin embargo, jamás fue capaz de cerrar el partido, porque cada vez que se colocó con una ventaja que movía al optimismo, Thunder rebajaba los humos a la afición local con un parcial favorable que derivaba en remontada.
Memphis, eso sí, fue capaz de evitar el cuerpo a cuerpo en campo abierto y recondujo el partido hacia un cuerpo a cuerpo posicional que le favorece, atascó cualquier posibilidad de movimiento de balón de OKC, que sólo sumó 10 asistencias, y manejó el partido a pesar de ser incapaz de manejar por momentos el rebote defensivo.
El primer cuarto ya fue un claro ejemplo de que el marcador se movería con cuentagotas. Un rebote ofensivo con canasta de Nick Collison y una bella canasta en el segundo final de Jerryd Bayless pusieron un 22-18 a favor de los de Hollins, con Gasol y Allen en la vanguardia del equipo.
El segundo acto implicó el primer despegue de Memphis. Fue al inicio. Un 28-18, nada del otro mundo, aunque algo significativo en un partido a pocos puntos. Serge Ibaka había fallado un mate, Bayless seguía haciendo daño y parecía que OKC empezaba a perder pie, pero la ventaja se diluyó de inmediato y los visitantes remontaron hasta empatar a 38 gracias a que en ese momento delicado surgió como efecto salvador el maravilloso juego de Kevin Durant.
Al descanso, un 44-45 para Thunder que no reflejaba demasiado lo visto sobre la pista. Kevin Durant en plan estelar con 16 puntos, los visitantes con 9 rebotes ofensivos en su haber y sólo 4 pérdidas de balón… Pero detrás de todo ello había un dato esclarecedor: Marc Gasol había jugado muy poco tiempo en el segundo cuarto. Y su equipo lo notó.
Se reanudó el partido tras el descanso y tras un inicio lento, con escasa puntuación, llegó el mejor momento de Marc Gasol, que atacó la defensa de Serge Ibaka, compañero de selección y gran defensor, como si nada. El jugador catalán anotó 8 puntos en los primeros 5 minutos del cuarto, su equipo percutía constantemente en la defensa visitante alimentando de balones al pívot en el poste y Marc empezó a funcionar a un nivel sobresaliente.
A Ibaka (13 puntos, 10 rebotes, 4 tapones, pero mal en la media distancia) le fue mejor en la defensa con Randolph, mientras Memphis se ponía con un 57-50 segundos antes de que Reggie Jackson fabricara una jugada enorme plena de calidad técnica. Marc Gasol le sacó la quinta falta a Collison, que estaba haciendo mucho daño en el rebote a Memphis, Tony Allen seguía luchándolo todo y contagiando a sus compañeros y los Grizzlies acababan el tercer cuarto 6 puntos arriba (66-60) tras hacer un gran cuarto defensivo, limitar muchísimo sus pérdidas de balón y teniendo a Marc Gasol ya en 16 puntos tras haber metido 12 en el tercer período. Mientras, los Thunder sobrevivían gracias a un enorme Kevin Durant, autor de 23 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias en los 3 primeros cuartos.
Y llegó el cuarto y decisivo período. Un triple de Keyon Dooling puso un peligroso 69-60 en contra de OKC, pero volvió a pasar lo de siempre: parcial de 2-10 y Thunder recortó hasta el 71-70. Fue un momento difícil en el que aparecieron Derek Fisher y Kevin Martin.
El partido parecía una goma elástica sin que Memphis terminara de romper esa goma. Tras la reacción de Oklahoma vino una nueva reacción de Grizzlies que se fueron de 7 con triples de Bayless y Pondexter… y se entró en los últimos 5 minutos con 77-73 para Memphis. Fisher empató el partido a 81 con un triple, pero Memphis se fue a un 85-81 desde los libres. Con ese marcador, Kevin Durant falló 2 tiros libres y Derek Fisher un triple. Eran 2 señales inequívocas. Erraban los dos grandes ganadores de partidos en OKC y el equipo se iba de vacío del FedEx.