Desastre monumental de los Knicks en ataque y derrota en Indiana tras anotar sólo 71 puntos. Los Pacers se ponen 2-1 en la serie a partir de un fantástico trabajo defensivo. Enorme partido de Roy Hibbert, que fue, de largo, el MVP del encuentro.
Hibbert dominó la zona a su antojo con 24 puntos y 12 rebotes, destrozó a un Tyson Chandler que está bajo mínimos y sembró el pánico en la pintura en el terreno defensivo. Paul George y George Hill fueron sus mejores apoyos.
New York tuvo una jornada desastrosa en ataque al firmar la quinta peor anotación de la franquicia en playoffs desde que se instaurara en la temporada 1954-1955 el reloj de posesión. Carmelo Anthony estuvo demasiado solo en ataque y no hizo alarde alguno. El resto, aún peor. Con muchos hombres ofreciendo un rendimiento impropio. Volvió al juego Amar'e Stoudemire, pero sólo jugó 9 minutos.
Indiana 82 New York 71 (2-1)
Los Knicks volvieron a tener una preocupante laguna de juego ofensivo que en esta ocasión no se extendió por un tiempo parcial, sino que duró los 48 minutos. El equipo neoyorquino ya había experimentado penosos momentos en ataque en su serie ante Boston Celtics, pero da la impresión de que, o mejora, o esa incapacidad ofensiva le puede pasar seria factura ante un equipo como Indiana, que basa en su defensa gran parte de su éxito.
Regresó Amar’e Stoudemire, pero apenas sirvió de nada. El ala-pívot de los Knicks estuvo sólo 9 minutos en acción para 7 puntos y 2 rebotes. No se cortó un pelo, pues lanzó 8 veces. Su participación no tuvo peso alguno en el choque.
La actuación que sí que tuvo peso fue la de Roy Hibbert, que destrozó en la zona a un Tyson Chandler que es una sombre triste del Tyson Chandler de principios de temporada y una broma de mal gusto comparado con el Tyson Chandler elegido como Mejor Defensor del Año. Hibbert hizo cuanto quiso en una pintura mal protegida por el equipo visitante, que se desangró en el rebote.
Porque Indiana anotó muchos puntos a partir de rebotes ofensivos. Capturó hasta 18, muchos de ellos en forma de palmeos. Ese lamentable trabajo de New York a la hora de cerrar el rebote fue una parte intrínseca de su fracaso anoche como equipo. Pero hubo muchos más factores. Los bases, sin ir más lejos. Ningún base –y el equipo neoyorquino tiene 3 de enorme calidad- fue capaz de leer la defensa rival.
Sintomática fue la conversación en el último cuarto entre Raymond Felton y su entrenador, Mike Woodson. Parecía explicarle Felton la incapacidad para sobrepasar a la defensa local y el técnico se llevaba las manos a la cabeza en señal de impotencia al ver que sus ideas no se transmitían a la cancha.
Los bases visitantes aportaron nada en la dirección y nada en la anotación. Felton acabó con un 1 de 8 en el tiro, ¡Jason Kidd sumó su séptimo partido consecutivo sin anotar!, algo tremendo, y Pablo Prigioni no fue esta vez efecto positivo alguno (0 puntos y 3 asistencias en 24 minutos). Si a ello le sumamos el desastre de Chandler, el apagón ofensivo de un indescifrable J.R.Smith y el partido sin brillo de Anthony (21 puntos), que aun así fue el mejor visitante, pues eso… 71 puntos anotados y derrota sin paliativos. Sólo Kenyon Martin y puntualmente Iman Shumpert aportaron algunas cosas, a todas luces insuficientes para ganar.
En el lado opuesto, todo fue diferente. Roy Hibbert se salió en todos los aspectos (24 puntos y 12 rebotes). Le acompañaron George Hill y Paul George. El primero metió 17 puntos tras anotar 5 triples de 12 intentos, muchos de ellos libre de marca. El segundo no estuvo fino en el tiro, pero poco importó. Porque aportó muchísimas cosas fuera de la anotación. Acabó el alero con 14 tantos, 8 rebotes, 8 asistencias y 5 robos. Su defensa sobre Melo fue estupenda. Muchos intangibles en su haber. Además, David West hizo un doble doble yendo de menos a más.
Los Pacers vivieron de sus titulares. Los suplentes, salvo la lucha de Tyler Hansbrough, fueron un auténtico desastre.
Todo ello en un partido difícilmente digerible para el espectador. Porque no fue bonito de ver en líneas generales. Con ambos equipos en el 35% de acierto en el tiro, con muchas pérdidas, bastantes faltas personales, escaso ritmo. De la circulación de balón de los Knicks, ni hablamos.
Eso sí, la defensa de Pacers fue un monumento. Especialmente reseñable es como el equipo local cercenó la orgía habitual de triples de New York, ¡que anoche sólo lanzó 11 triples para meter 3!. A años-luz de sus cifras habituales. Sólo entre los locales Hill y George tiraron 24 triples para un total de 33 de Pacers. El mundo al revés.
La victoria de Indiana tuvo su mérito si se tiene en cuenta que el equipo venía de perder por 26 en el Madison Square Garden. Una victoria que se empezó a fraguar en el primer cuarto, un cuarto que mostró ya que el partido iba a ser marcadamente defensivo, sin demasiado ritmo, y que se desarrolló al estilo montaña rusa.
Comenzaron los locales con un parcial de 9-2 tras tardar los visitantes 3 minutos en anotar sus primeros puntos. A ese parcial, le sucedió un 2-11 a favor de Knicks ya que los Pacers devolvieron la jugada y anduvieron más de 3 minutos sin encontrar el aro rival. A ese parcial de Knicks, le sobrevino un 7-0 para Indiana… En fin, un vaivén sin rumbo. Al final del cuarto, un escueto 18-15.
El equipo de Frank Vogel alcanzó una ventaja de 10 puntos ya en el segundo cuarto, a 3:32 del descanso. Una ventaja considerable teniendo en cuenta el ridículo marcador que se auguraba. Fue tras un robo de balón de Paul George que se atravesó la cancha botando para anotar una bonita canasta. El robo tuvo su origen en una jugada de ataque de los Knicks que resumía su incapacidad ofensiva. Anthony se quedó sin bote y le dio una patata a Chandler a 6 metros del aro, éste se quedó pensando sin saber qué hacer y George se llevó la bola. Al descanso, otro escueto marcador: 36-33. La diversión no estaba en Indianápolis.
Y en el tercer cuarto se produjo la ruptura. Parcial de 14-3 en 5 minutos de juego para llevar el marcador a un 58-44 para Indiana con 3:11 para alcanzar el cuarto cuarto. Hibbert estuvo al frente de ese parcial, pero lo cierto es que fue un logro colectivo en las dos partes de la cancha, un logro en el que arrimaron el hombro muchos jugadores.
El final del tercer cuarto tuvo, al menos, su gracia. Lance Stephenson metió un triple, pero los Knicks arreglaron la situación con 2 jugadas exitosas de Stoudemire en los últimos 6 segundos. Primero, un palmeo tras un rectificado imposible de J.R.Smith. Y , después, un triple sobre la bocina. Ese triple de Amar’e ponía el 62-53 en el marcador y daba ciertas esperanzas a los Knicks. Esperanzas que no se cumplieron.
Porque el último cuarto fue un cuarto ejemplarmente jugado por Indiana. Un cuarto en el que New York ofreció su máxima impotencia, su peor cara. No sólo no se acercaron peligrosamente los neoyorquinos, sino que finalmente arrojaron la toalla. Y los Pacers se pusieron con 16 de ventaja con un triple frontal de George Hill. No iba a haber emoción alguna en el final. Y los Knicks escenificaban su triste derrota mostrando una ofensiva lamentable. Indiana Pacers se pone 2-1 en la serie.