JORNADA NBA / playoffs 2013 (1ª ronda)

Knicks apabulla a Celtics en el Garden y se clasifica con 14 puntos de Prigioni

Al Horford se despide de la temporada; triunfo de Indiana que avanza tras ganar 4-2

Boston llega a perder por 26, remonta con un 20-0, pero sucumbe ante Carmelo Anthony

hispanosnba.com |

Los Knicks pasaron la primera ronda de playoffs por primera vez desde el año 2000. Lo lograron dando una enorme exhibición defensiva en los 3 primeros cuartos, para luego sufrir en Boston tras un parcial de 20-0 de los Celtics. Eso sí, el sufrimiento duró lo que tardó Carmelo Anthony en resolver.

Melo resultó fundamental, como lo fue Iman Shumpert en un partido que arrancó con un genial Pablo Prigioni. El internacional argentino empató su mejor marca anotadora en la NBA tras meter 14 puntos, 12 procedentes de 4 triples.

Mientras Prigioni seguía en competición, el dominicano Al Horford hacía las maletas tras perder su equipo, Atlanta, en casa ante Indiana. Los Hawks sólo metieron 73 puntos. George Hill, David West y Roy Hibbert lideraron el éxito de Pacers.

Boston 80 New York 88 (2-4)

Ya lo dijimos. El reencuentro de los Knicks con su juego tenía que basarse en un regreso a la feroz defensa, casi transgresiva, que el equipo neoyorquino hizo en el inicio de la serie contra Boston, aquella defensa que dejó en evidencia al ataque bostoniano hasta ridiculizarlo. Pues bien, New York retomó su más espectacular registro defensivo para humillar durante 38 minutos a unos Celtics completamente perdidos, a los que sólo el orgullo les llevó a evitar la debacle.

El inicio del partido ya fue harto expresivo. Parcial de 5-21 para Knicks en los 7 minutos y medio iniciales a base de una defensa extraordinaria y un Pablo Prigioni enorme, que se fue a 9 puntos con 3 triples en ese inicio. Y es que el argentino demostró que la experiencia y la sabiduría es un grado en esto del baloncesto. Este novato 'anciano' ha vivido mil batallas de grueso calibre con la máxima presión a sus espaldas y lo ha hecho en los foros más exigentes. No se iba a arrugar por jugar en el Garden ante los míticos Celtics. Y no lo hizo.

Ese 5-21 de arranque resultó demoledor para Boston, que fue arrastrando ya todo el partido un déficit creciente en el marcador. En el primer cuarto, Celtics sólo hizo 10 puntos para terminar 14 abajo. Una situación complicada que no mejoró en el segundo acto.

El segundo cuarto supuso más de lo mismo. Defensa feroz de Knicks, incapacidad manifiesta de Celtics para abordar al rival y un +18 para los visitantes (14-32) mediado el período. Lo mejor que le pudo pasar a Boston fue arreglar a medias el desaguisado e irse a vestuarios con sólo 12 puntos de desventaja tras haber metido sólo 27 en los primeros 24 minutos.

En esa difícil tesitura, llegó el tercer cuarto y los de Mike Woodson terminaron por destrozar a los de Doc Rivers hasta acabar 20 puntos arriba (47-67), un demoledor panorama que se extendió hasta una ventaja de 26 con menos de 10 minutos por jugar, ya en el cuarto cuarto. Ese 49-75 lo decía todo. Boston sumaba 49 puntos en 38 minutos con un 15 de 49 en el tiro. El equipo local había tocado fondo. La humillación era de las que dejan huella. New York se estaba divirtiendo de verdad. Entonces, hubo un radical cambio de rumbo.

Los Knicks se relajaron hasta niveles inadmisibles y los Celtics sacaron a relucir su tan cacareado, y cierto, orgullo verde. Y llegó lo impensable: ¡¡¡Un parcial de 20-0!!!. El marcador pasaba en apenas 4 minutos de un 49-75 a un 69-75. Aún quedaban 5:43 para el final. El milagro llegaba de la mano de Paul Pierce, Jeff Green y Avery Bradley. De repente, el Garden creía.

Pero la creencia se desbarató pronto, se diluyó como un azucarillo en el café. Iman Shumpert, gran actuación la suya, robó un balón para anotar a la contra y cortar ese doloroso parcial de 20-0 y el resto lo hizo Melo. Anthony demostró que es un superclase y en un periquete acabó con un partido que se le había complicado sobremanera a New York, ya que Boston se llegó a acercar a 4 puntos.

Ganaban los Knicks capaces de dejar al rival en 49 puntos en 38 minutos y no los Knicks que encajaron 20 tantos en 4 minutos. Ganaban los Knicks de agarrarse a la pista y mostrar una agresividad máxima en defensa. Y ganaban los Knicks de mover un poco la bola y no vivir en un constante uno contra uno.

La defensa visitante dejó a los Celtics en sólo 13 asistencias por 20 pérdidas. Y, además, los neoyorquinos dominaron el rebote (buen trabajo de Tyson Chandler), cargando muy bien el ofensivo. Todo ello con Melo en 21 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias, más generoso que en días precedentes, aunque errático en el tiro -andaba tocado-. El equipo sobrevivió a un J.R.Smith y un Raymond Felton menores gracias al paso adelante de un excelente Iman Shumpert (17 puntos con 3 de 3 triples, 15 de esos puntos en el segundo tiempo) y un crecido Pablo Prigioni, que metió 14 puntos empatando su récord anotador en la NBA, que databa de diciembre. El de Río Tercero dio 3 asistencias, capturó 5 rebotes y metió 4 de sus 6 intentos triples. Hizo 23 minutos muy buenos.

Por los Celtics, 21 puntos de Jeff Green, 15 con 10 rebotes de un Kevin Garnett que tuvo que jugar 40 minutos y 14 de Jason Terry en 24 minutos. Paul Pierce, mientras, vivió una mala noche. Anotó 14 tantos, pero con un 4 de 18 en el tiro que incluyó un 1 de 9 en el triple. Mala actuación en la despedida de la temporada.

Atlanta 73 Indiana 81 (2-4)

También la defensa dio el pase a Indiana Pacers a la siguiente ronda, dejando noqueado a Atlanta Hawks, una eliminación que deja fuera de competición a un Al Horford que ha vivido su temporada más brillante en la NBA.

La serie Pacers-Hawks había sido un compendio de victorias locales con poco historia. Una racha de triunfos hogareños que se rompió con un primer triunfo foráneo logrado en términos decisivos.

Colapso ofensivo del equipo local en un partido demasiado de playoffs, prácticamente al límite de la paciencia del aficionado que exige un mínimo espectáculo ofensivo. Y es que hubo pocas alegrías en ataque. El extremo llegó en un segundo cuarto que arrojó un resultado de 9-16 poco convincente a la hora de explicar a alguien que el precio de su entrada no es una engañifa. De hecho, al descanso se llegó con un inexpresivo 29-37. Plomizo momento.

Fue en tercer cuarto cuando Atlanta perdió pie. Terminó el tercer acto con 15 de ventaja para unos Pacers que estaban desarrollando con brillante cálculo y poderosa intensidad su más eficaz arma: la defensa.

Al inicio del último cuarto, el marcador se puso en un 50-67. Todo parecía finiquitado. Entonces, como ocurrió con los Celtics ante Knicks, Atlanta cobró realidad de que podía despedirse de muy mal modo y reaccionó con un parcial de 23-9 alimentado en buenos minutos de Horford. Los locales llegaron hasta un 73-76 con 2:41 por jugar.

Fue el canto del cisne. Porque en esos 2:41 finales Atlanta no anotó nada. Se quedó la ofensiva local en blanco, 0 patatero, derrota, eliminación. Triste final.

Indiana dejó a Atlanta en un 33% en el tiro de campo y un 3 de 19 en el triple (los Pacers hicieron un 3-15). Además, Hawks apenas capturó 3 rebotes ofensivos, un aspecto que terminó por matar a los de Larry Drew, que ni anotaban, ni tenían segundas oportunidades.

El mejor jugador visitante fue George Hill, por lo que aportó en ataque, 21 puntos, y en defensa, al dejar en poca cosa a un Jeff Teague que ha ido perdiendo fuelle. David West fue el otro elemento diferenciador. Sus 2 últimos partidos han sido muy buenos y han coincidido con el despegue de Indiana. Anoche, 21 tantos, 8 rebotes y 4 tapones. Pero hubo una tercera clave, ésta en toda la serie, la presencia en cancha de Roy Hibbert. El pívot, que hizo 17 tantos y 11 rebotes, siempre ha marcado la diferencia colectiva cuando ha pisado pista. Todo ello con un Paul George en 4 puntos y errática noche. Eso sí, George ayudó en defensa, en rebote y en distribución de juego. No es ese tipo de jugador que si no anota, desaparece.

En cuanto a Hawks, Al Horford fue a más en el último cuarto para terminar con 15 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias en 42 minutos. Mal Josh Smith, mal Jeff Teague y mal momento el ‘elegido’ por Kyle Korver para no anotar un triple. Se fue con un 0 de 7. No era el día para que sucediera tal cosa. Pero así de caprichoso es el baloncesto.