Lance Blanks ya no es general manager de Phoenix Suns. El equipo de Luis Scola ha anunciado hoy la destitución de Blanks tras una tumultuosa temporada en los despachos y el banquillo que ha acabado con la segunda peor marca de victorias de la franquicia en su historia.
Se veía venir. Las críticas arreciaban contra Blanks en pleno inicio más que fallido de reconstrucción de un equipo que se había quedado sin sus 2 grandes referencias deportivas y morales, Steve Nash y Grant Hill. Los Suns han sido el peor conjunto de la Conferencia Oeste y su balance final de 25-57 es el segundo peor de su historia, sólo superado por el 16-66 que cosecharon en su campaña de debut en la NBA, allá por el lejano curso de 1968-1969.
El superior de Blanks, Lon Babby, presidente de Operaciones de Baloncesto, extendió su contrato por 2 años más apenas hace 20 días, prolongado su estancia en los despachos del club hasta 2015, pero el que no tenía visos de seguir ese camino era Lance Blanks, más aún tras el monumental follón que se montó en el club en enero y del que dimos cuenta en nuestra web con un sonoro titular que hablaba de enfados, broncas y dimisiones, un artículo que hablaba bien a las claras de las tensiones intestinas que estaban desgarrando a los Suns.
El despido del general manager es un duro golpe para el entrenador, Lindsey Hunter, que llegó al banquillo tras el despido de Alvin Gentry. Es un duro golpe porque el despedido Blanks era, dentro de la directiva del club, el principal valedor de Hunter, un técnico que está en la cuerda floja y cuyas horas en los Suns parecen contadas.
Blanks llegó a Phoenix en agosto de 2010, un mes después de que Babby se hiciera con el máximo poder en los despachos del equipo de Arizona. Y está claro que su tarea no ha sido nada fácil. Como también lo está que su labor no ha hecho mejor al equipo.